Una pieza fundamental e ícono del deporte, el casco utilizado para practicar fútbol americano ha sido una pieza muy importante en la equipación de los jugadores desde los años 30’s y ha sufrido varios cambios en busca del bienestar de los atletas que juegan este maravilloso deporte.

En los principios, el fútbol americano se jugaba sin equipo, sin hombreras ni casco, primero se instauró el uso de las hombreras a finales del siglo XIX y a finales de los años 30’s el casco se instauró como parte del equipamiento oficial a nivel universitario, no sería hasta 1943 que la NFL haría lo propio y pondría el casco como un elemento necesario para jugar. Como dato curioso el último jugador que no utilizó un casco en un partido oficial de la NFL fue Dick Plasman en 1940, cuando el casco todavía era opcional.

La creación del primer casco se le atribuye a Joseph Reeves, almirante naval condecorado en la Segunda Guerra Mundial. Quien se vio forzado a desarrollar una protección para su cabeza después de que un doctor le recomendara retirarse del fútbol americano, ya que si recibía un golpe en la cabeza podría ser fatal, sin embargo, Reeves corrió el riesgo con tal de jugar el clásico Army vs Navy en 1893.

Poco a poco la Universidad de Michigan en la NCAA y los Carneros en la NFL empezaron a introducir diseño en los cascos. Posteriormente John Riddell creó un diseño de casco utilizando plástico para dar mayor protección a los jugadores y en 1955 el mítico Paul Brown le pidió a Riddell un diseño que pudiera incluir un radio con el cual se pudiera comunicar con su Quarterback para agilizar el juego, este instrumento fue utilizado en un solo juego para posteriormente ser prohibido y no sería retomado hasta 1994.

Sería hasta 1953 que se empezaría el uso de las barras en los cascos, cuando Otto Graham, legendario Quarterback y Pateador de los Browns de Cleveland, recibiría un golpe en la barbilla que lo sacó del juego, sin embargo el propio Graham y el coach Brown decidieron que sería la última vez que algo así pasaría y colocaron una mica protectora en el casco siendo este el primer registro de una barra en un casco de fútbol americano.

Para los 70’s Riddell recibió una patente para diseñar cascos con “energía absorbente” y hechos a medida de los jugadores, con válvulas de aire en la corona del casco y colchones que eran más seguros y cómodos para los jugadores. Los desarrollos continuaron y para la llegada del nuevo milenio Riddell apareció con un nuevo diseño que redujo las concusiones en un 31%.

Los cascos siempre han evolucionado con el fin de proteger cada vez más a los jugadores y desarrollar el juego, siempre procurando la salud de los atletas quienes nos regalan el espectáculo en el campo de juego.  

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