A todos nos gusta la historia donde lo imposible sucede, donde un chico de California persiguió su sueño de llegar al nivel más alto de fútbol americano y, a pesar de todas las dificultades, lo logró para ser ahora uno de los mejores en todos los tiempos. 

Creció siendo aficionado de los 49’s, viendo a Joe Montana en el Candlestick Park, motivándolo a perseguir su sueño. Cuando llegó a la Universidad de Michigan, fue apodado Comeback Kid, debido al temple que mostraba en situaciones complicadas y su capacidad para darle la vuelta al resultado adverso, siendo ahora uno de los grandes jugadores en haber portado el jersey de los Wolverines.

Llegando al Draft de la NFL en el año 2000, algunas de las notas que tenían sobre él lo destacaban “como un jugador inteligente, hecho para grandes momentos, eficiente y saber moverse en la bolsa”. Sin embargo, no era uno de los mejores prospectos de su posición, llegando a ser el pick 199 por los Patriotas de Nueva Inglaterra, donde tuvo las agallas para presentarse ante el propietario del equipo, Robert Kraft, como “la mejor decisión que habían tomado”

Tiempo después se hizo de la titularidad tras una fuerte lesión de Drew Bledsoe, en esa temporada llevó a los Patriotas a ganar el Super Bowl por primera vez en la historia de la franquicia derrotando al Show Más Grande en el Césped de los Carneros y Kurt Warner, para posteriormente vencer a Panteras y Águilas, ganando tres veces el Super Bowl en un lapso de cuatro años. 

Posteriormente, Brady seguiría haciendo historia, obteniendo el récord de más partidos consecutivos ganados en la historia de la NFL con 19, racha que los Gigantes detendrían en el Super Bowl XLII. Su siguiente experiencia en el juego más grande de la temporada se repetiría ante el mismo rival en 2012, cayendo nuevamente ante los Gigantes de Eli Manning. 

Pero si algo supo hacer Tom Brady en su carrera fue salir avante en los momentos difíciles. Logró llevar a los Patriotas nuevamente al Super Bowl XLIX frente a los Halcones Marinos, donde lograría darle la vuelta al juego en el último cuarto en un juego que está catalogado como “uno de los mejores Super Bowls en la historia”. Pero no pararía ahí. Dos años después regresó para la edición LI, donde daría la remontada más grande en la historia después de ir perdiendo 28-3 en el primer Super Bowl que se tuvo que ir a tiempo extra. Por supuesto, él terminó como MVP de ese partido con más de 400 yardas y dos touchdowns. 

Al año siguiente lograría regresar al Super Bowl, pero caería frente a las Águilas con el icónico Philly Special. No obstante, en 2019 estaría de vuelta en la gran cita del fútbol americano para llevar a los Patriotas a obtener su sexto anillo de Super Bowl. Finalmente, después de haber logrado todo con Nueva Inglaterra, llegó a Tampa con 40 años de edad, pero con el mismo deseo de triunfar. Cambió la cara de la franquicia radicalmente y esa temporada los llevó al Super Bowl LV, donde se convertirían en el primer equipo en ser campeón en su propio estadio. 

Los playoffs definitivamente no serán lo mismo sin el #12 en el campo, pero se va de los emparrillados siendo el único jugador con siete anillos de campeón, cinco MVP’s en Super Bowl, tres MVP’s en la temporada, el jugador con más victorias en la NFL (286) y más pases de touchdown en la historia con 649. 

Hoy se despide una leyenda del fútbol americano mundial, el único hombre que ha ganado siete trofeos Lombardi en la NFL, quien construyó una dinastía y dejó una marca imborrable en muchos aficionados a este deporte. Querido por muchos, odiado por otros, pero indudablemente Tom Brady tiene una carrera que llegará a Canton junto con los grandes de este deporte para ser recordado por siempre.

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