Los huesos, músculos, tendones y ligamentos son tejidos que participan en el movimiento articular. Cada uno de ellos, contiene cantidades específicas de agua en su composición y, mantenerlas, es sumamente importante para conservar su correcta funcionalidad.
Un jugador en constante movimiento y cubierto con utilería de juego, producirá un incremento de temperatura sobre toda su superficie corporal. Cuando hablamos de sujetos con estaturas superiores a los 185 cm y/o pesos por arriba de los 90 kg, entenderemos que será necesaria generar alguna respuesta fisiológica para estabilizar ese incremento de temperatura.
En ese momento, a partir de la producción de sudor y su evaporación, es cuando podremos mantener ese esfuerzo; sin embargo, la liberación de este líquido no es eterna.
Al sudar, no solamente perdemos agua de nuestros tejidos, también perdemos algunas sales como el sodio y potasio; esas sustancias son cruciales para el funcionamiento de cualquier célula incluidas las células musculares. El tener un estado de hidratación deficiente o bajos niveles en circulación de estas sales sí tiene asociación con la probabilidad y frecuencia de lesiones incluyendo esguinces, distensiones musculares con y sin ruptura, o los más conocidos “calambres”.
Un jugador de futbol americano puede registrar pérdidas de alrededor de 3 a 7 kilogramos de peso a expensas de sudor al término de un partido.
Contemplando la importancia de la hidratación en este deporte, así como muchas otras necesidades, hemos implementado diferentes intervenciones en los equipos a lo largo de la temporada, bajo las instrucciones de Raquel Benítez (coordinadora de Nutrición de la LFA).
Michael Balcázar, nutriólogo de Condors, con la experiencia de un campeonato previo y al iniciar calendario competitivo 2020 en Querétaro (una nueva sede que se caracteriza por altas temperaturas en horario vespertino), fueron los incentivos para conocer el estado de hidratación de los jugadores antes de cada encuentro. Para ello, realizó pruebas de densidad de orina con un refractómetro. Este aparato brinda datos numéricos que permiten conocer el estado de hidratación del jugador de manera inmediata. El resultado fue reforzado con una prueba de coloración de orina para dar indicaciones personalizadas durante días previos a los encuentros.
Para Pioneros de Querétaro la bienvenida a la LFA fue dura, no solo en el emparrillado sino también en situaciones alrededor como la hidratación; dando como resultado un alto número de jugadores con espasmos musculares o síntomas relacionados durante la primera jornada.
Tras la integración de Alexa Vargas como nutrióloga del equipo y su realización de tasas de sudoración, se obtuvieron las necesidades hídricas para cada jugador, las cuales permitieron revertir paulatinamente las situaciones iniciales.
Si bien el rendimiento deportivo es multifactorial, el realizar indicaciones nutricionales individuales y prevenir estados de deshidratación, es importante para mantener a cualquier atleta en estado óptimo. Es importante tomar en cuenta que además del conocimiento para la detección e implementación de intervenciones, se requerirá también una bebida deportiva que incluya lo necesario para la reposición y prevención de estas situaciones. De allí, la importancia de la presencia de Electrolit pues ha aportado lo que los jugadores necesitan para rendir al máximo.
Dr. Gerardo Vázquez Villarreal
Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte LFA
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