El fútbol americano, en este caso, es una de las disciplinas que cuentan con figuras que pueden “tocar” la vida de quienes están a su cargo. Esas figuras son los coaches.

Ser coach se ha convertido en una vocación muy socorrida en los años recientes e, incluso, hay programas para convertirse en uno. Generalmente, esos coaches se dedican a ayudar a quienes les solicitan su ayuda para conseguir resultados que se reflejen en su vida, empresa o trabajo.

Particularmente, el coach de fútbol americano es un personaje que se diferencia de otros por el compromiso que contrae con la formación integral de sus jugadores. Son aquellos que, mediante la transmisión de conocimientos del deporte, modifican o moldean a los integrantes de su unidad o equipo.

La preparación de estas figuras ocurre, por lo general, desde edades tempranas y sin una instrucción institucionalizada. Con el paso del tiempo, podrán recurrir a tales instancias para dar constancia de lo que están calificados para realizar.

Sin embargo, es en el campo donde ocurren gran parte de los procesos de enseñanza-aprendizaje. La rutina de asistir a los entrenamientos siempre culmina con conocimientos nuevos pues el contacto cercano con los jugadores va proveyendo de lecciones interesantes. Está en los coaches la introspección y reconocimiento de esas experiencias.

En el aspecto técnico del fútbol americano, existen foros que cumplen con el objetivo de instrucción sobre variantes del deporte. No resultan elementos que trastoquen la esencia del deporte, sino que son interpretaciones que han sido puestas en práctica durante algún juego, pero que han resultado efectivas. Ese resultado se da por la repetición pues el fútbol americano está basado en ese principio: si resulta positivo en una ocasión, se deberá volver a realizar cuantas veces sea efectivo.

La profesión de coach es más una vocación pues, aparte de preparar en el deporte, vela por el fomento de valores que incurren en la ética y moral. No obstante, hay quienes permanecen en una zona de confort, la cual les permite tener resultados cumplidores, nada más. Por otro lado, están los que procuran mantenerse en constante preparación con lo más reciente de lo que puedan conseguir.

A esos coaches, les ajusta lo siguiente:

Coaching is an everyday event. It is not something we do just on a practice days or game days or in season. It is something that you do all year. (Become the coach you were meant to be, Paul J. Meyer, 2007, p. 129, cita de Bo Schembechler)

“Coachear es un evento cotidiano. No es algo que hacemos solo en días de práctica, días de juego o en temporada. Es algo que haces todo el año.”

Los esfuerzos por mejorar la profesión están en diversos lugares. Únicamente es cuestión de hacer una investigación para conseguir valiosos conocimientos y aportaciones de personas que tienen trayectorias que les permiten compartir lo que les ha resultado mejor para la formación de jugadores.

Suele suceder que se piense que entre más conocimientos se adquieran, mayor será la ambición por conseguir nuevos. Nunca es tarde.

Por: Cinthya García Guerrero

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