Ya se ha cumplido un año de la suspensión de múltiples actividades incluidas el fútbol americano. Durante la pandemia hemos enfrentado diferentes comportamientos epidemiológicos que han llevado, de nuevo, a la suspensión de actividades en mayor o menor medida.
El incremento de casos corresponde a la respuesta de contagios adquiridos en festividades o temporadas en las que no toda la población respetó el confinamiento ni llevó a cabo las medidas de prevención.
La muestra más evidente se encontró en las fechas decembrinas. Esto trajo consecuencias, tanto en el área de salud como en las actividades económicas; llegando nuevamente a la saturación de los servicios médicos de urgencias, escasez de medicamentos y la infortunada suspensión de actividades no esenciales, prolongando aún más el retorno a las actividades deportivas.
Ante esta situación, puede ser preocupante la posibilidad de una nueva ola de contagios por COVID-19 a consecuencia de la falta de responsabilidad social que pueda generarse durante las próximas vacaciones de Semana Santa. Por ese motivo, no debemos bajar la guardia y extremar las medidas de prevención ya conocidas para no fomentar el incremento de casos.
El confinamiento ha sido prolongado para todos. Las vacaciones están cerca, pero no deben ser motivo para descuidar la serie de esfuerzos realizados durante todo este tiempo, buscando que las cosas mejoren. A pesar de que los comercios empiezan a abrir sus puertas con ciertas restricciones, debemos concientizarnos sobre la relevancia y el riesgo que puede tener la visita a lugares concurridos en las próximas vacaciones; sobre todo si los planes son relajarse en alguna playa.
El semáforo de riesgo epidemiológico nos ayuda a identificar el comportamiento de la epidemia según la entidad federativa. Esta información es de libre acceso y como ciudadanos responsables podemos informarnos y llevar a cabo las medidas de prevención según corresponda o esperar un poco más. ¿Realmente es tan necesario correr el riesgo?
Actualmente, la mayoría de nuestro país se encuentra en semáforo naranja o amarillo; sin embargo, cada entidad emite propias medidas. Esto nos obliga a estar informados antes de tomar la decisión de salir de vacaciones, así como no perder de vista el uso de cubrebocas, mantener la sana distancia, evitar reuniones o visitar lugares concurridos y el ya conocido lavado de manos. El visitar lugares sin información previa, también incrementa el riesgo de transmisión y propagación territorial del virus. No basta con llegar a un lugar donde hay menos contagios; también debemos considerar que al visitar sitios con menor cantidad de casos, nosotros podemos representar el riesgo de contagio para los locales.
Si todos nos informamos y decidimos de forma responsable a favor de la colectividad, pronto estaremos de vuelta a los campos de juego.
Por: Dr. Luis Gerardo Vázquez Villarreal
Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte LFA
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