El rendimiento deportivo, así como la acumulación de éxitos o resultados destacables en cualquier disciplina es un tema multifactorial.
De inicio cualquier deporte requerirá de practicantes dispuestos a recibir los beneficios que manifestará a largo plazo de aquella actividad que formará parte de su estilo de vida. Para que lo anterior ocurra si el interesado en cuestión se encuentra en edad escolar requerirá del apoyo y compromiso de los padres al menos para la asistencia a entrenamientos o actividades; sin mencionar aún los importantes gastos derivados por la adquisición de indumentaria o materiales especializados necesarios en diferentes disciplinas.
Resuelto el requerimiento de practicantes e indumentaria también será necesario un espacio digno para el aprendizaje de la disciplina; si bien existen complejos multideportivos a nivel público y privado cabe señalar que muchos de estos sitios tienen años de descuido reflejados en sus instalaciones o personal a cargo; esta situación común señala la existente área de oportunidad en cuanto a la necesidad de contar con directivos competentes y capacitados en áreas de gestión deportiva que aseguren el acceso presupuestal y su correcta administración.
Los entrenadores son la figura más importante en cuanto a la responsabilidad del proceso formativo, su trabajo va mas allá de mostrar de manera repetida las técnicas y movimientos presentes en el deporte seleccionado o tomar decisiones estratégicas durante una competencia. Realizan actividades sumamente minuciosas trabajando con las capacidades motoras, emocionales, intelectuales, e incluso afectivas de los practicantes. Un entrenador que conoce los alcances de su trabajo ejerce convencido respecto a que todo aquello que transmita a sus practicantes tendrá repercusiones positivas en los sistemas sociales en los que se desenvuelvan. Transmiten seguridad, confianza, deseos de realización, desarrollan inteligencia emocional e intelectual. Un perfil tan importante en el proceso no puede provenir del empirismo para garantizar resultados; cada vez existe mayor evidencia sobre la relevancia de contar con profesores que cuenten con el respaldo científico de su formación al menos como licenciados en entrenamiento deportivo, ciencias en el deporte o educación física.
El seguimiento y desarrollo de un talento deportivo requiere también de pruebas de captación, así como constantes intervenciones multidisciplinarias para buscar la mejora. Partiendo de la premisa de “Todo aquello que se puede medir, se puede mejorar” existen diferentes conjuntos de pruebas capaces de arrojar resultados que permiten identificar necesidades para trabajar de manera personalizada con cada practicante.
Con la participación de diferentes profesionales de la salud y deporte se puede hacer aún más específica la preparación física, prevenir lesiones, generar las condiciones metabólicas óptimas para su recuperación diaria, mantener o mejorar la salud física y mental de los participantes. En consecuencia, se incrementará el rendimiento.
Todo ese equipo multidisciplinario que complementa las actividades debe estar conformado por personas altamente capacitadas. Debe de incluir al menos los perfiles de medicina, nutrición, fisioterapia y psicología. Todos con posgrado o especialización en deporte comprobada con título y cédula profesional ante registro nacional de profesiones. En algo tan complejo y delicado nunca cabrá el empirismo ni las falsas credenciales.
Luis Gerardo Vázquez Villarreal
Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte LFA
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