La vida siempre puede ponerse un poco difícil en su momento, pero rodearse con las personas correctas y nunca perder el objetivo de las cosas, ayuda a superarse, dejando 

grandes enseñanzas y muchas satisfacciones. Es lo que cuenta el receptor de Artilleros de Puebla, Eduardo Retana, al despedirse del football

Retana incursionó en el fútbol americano gracias a que su tío materno, quien de joven empezó a jugarlo y quiso probarse. A los 4 años se unió a Redskins, del Estado de México.

Uno de los aspectos que siempre ha caracterizado a Retana, además de su personalidad tan “chispa”, ha sido su capacidad de jugar en múltiples posiciones pues desde pequeño jugó como liniero ofensivo, quarterback, receptor, corredor y pateador. Probablemente muchos han tenido la oportunidad de jugar en varias posiciones en sus infantiles, pero Retana hasta liga mayor siguió jugando en más de una. No es especialista, es alguien especial.

Cuando empezó a desarrollar ciertas habilidades lo colocaron como quarterback y fue en un juego recreativo contra jugadores de liga mayor de Borregos Salvajes del ITESM Monterrey, que estuvo como receptor y asombrado por la presencia que tenían aquellos jugadores, se propuso lograr ser becado en un programa de fútbol americano, pero principalmente en esa institución. 

“Cuando vi a esos jugadores, de inmediato quise ser uno de ellos, entonces me apliqué más en lo académico porque, además de jugar, quería apoyar a mis padres con la escuela y era la única forma de conseguir una beca. Hubo momentos en los que quise desertar del fútbol americano, por mucho deseo que tuviera llegar a mayor, pero mi madre desde un principio me dijo que tenía que terminar las cosas que empezaba y esta era una de ellas. Ahora vivo agradecido de que nunca dejó de recordármelo.”

En su crecimiento estuvo un poco frustrado pues no hubo muchas victorias o grandes hazañas con su equipo, pero hubo dos momentos que lo dejaron marcado: su primer campeonato en juvenil y cuando se tuvo que mudar a Pumas Acatlán, un equipo donde nadie lo conocía y se vio retado constantemente a demostrar por qué merecía estar dentro del campo. Afortunadamente, vivió un segundo campeonato, pero algo en él ya había cambiado.

Los reclutadores de Aztecas UDLAP se habían acercado a Retana desde el comienzo de sus juveniles y lo habían invitado a formar parte del programa cuando llegara el momento y, teniendo la lealtad como un principio, rechazó las demás ofertas que aparecieron después, incluyendo Borregos Salvajes.

La llegada a la UDLAP en 2013 no fue sencilla para él, pues además de tener que adaptarse a vivir lejos de su familia, se enfrentó a grandes retos en emparrillado como la rutina del gimnasio o el haber sido designado como receptor, ya que estaba en una unidad competitiva con “veteranos” como Humberto Noriega, Diego Yañez o Robin González, sintiendo que estaba lejos de poder ganarse un lugar. 

“En ese entonces no tenía la mentalidad de dar un extra como mis demás compañeros, pero después de analizar las cosas, me di cuenta de que no me iban a dar la oportunidad o la confianza si yo no me esforzaba por ello. Si no daba ese extra tan importante.”

Fue así que empezó a entrar más al gimnasio y fue motivado por algunos de sus compañeros.

Su oportunidad apareció en la final de 2013 contra Borregos Salvajes. El marcador iba en contra de la UDLAP y después de una conversión, Retana volvió a entrar y decidió hacer de aquel instante su momento con una anotación. 

Eduardo expresó con cariño y nostalgia todo lo que aprendió y vivió en Aztecas, más allá del bicampeonato (2013-2014) o el campeonato nacional en 2016, aprendió a cómo superar sus miedos, trabajar por lo que quiere y buscar la fortaleza física, pero también la mental.

Finalmente, las situaciones lo llevaron a dar sus mejores juegos en finales contra el equipo que en su juventud soñó formar parte: Borregos Salvajes. Pero que no cambia por nada en el mundo haber formado parte de los emplumados aztecas. Algunos otros logros fueron ser tres veces selección CONADEIP y dos veces campeón en el mundial universitario (2016 y 2018).

Una vez terminada su elegibilidad, formó parte de Artilleros Puebla en 2020 con el deseo de ser impulsor de este proyecto del fútbol americano. Sin embargo, debido a la pandemia, Retana tuvo que ver algunas opciones fuera de los emparrillados para trabajar y desarrollarse en lo que había estudiado.

“Lo que aprendí en liga mayor es que el football es bien quisquilloso; si no te esfuerzas y te esmeras te lo va a cobrar mal, por ello he decidido ponerle una pausa, pues el tiempo no me permite cumplir con el nivel que me gustaría lograr.”

Retana se despide de los emparrillados por el momento, pero con el deseo de volver en algún momento, tal vez no como jugador, sino como coach o profesional. Está tranquilo de todo lo que vivió y la recompensa que le dejó todo su esfuerzo.

“Quisiera que esto fuera un mensaje para las jóvenes generaciones. El football te abre las puertas de maneras inimaginables y vale totalmente la pena aprovechar las oportunidades que te brinda, pero se debe estar listo para cuando aparezcan. Que nunca dejen de buscar ese extra.”

Por: Fernanda Mayen

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