Desde 1998 cada 28 de Agosto se reconoce como el día nacional del adulto mayor; la proximidad de la fecha y las condiciones actuales de la pandemia son una combinación de factores que remarcan la importancia de la salud y bienestar en todos los grupos de edad dentro de nuestra sociedad.

El distanciamiento social, y el cuidado a grupos vulnerables de riesgos innecesarios, ya ha mostrado en múltiples ocasiones el papel tan importante a nivel cultural que representa la presencia de personas adultas mayores para favorecer procesos de identidad e integración familiar.

De acuerdo con datos del INEGI en México actualmente viven más de 15 millones de personas mayores de 60 años (alrededor del 13% de nuestra población actual) y durante los próximos 20-30 años se espera un crecimiento exponencial en el porcentaje de la población que pertenecerá a este grupo de edad.

Si bien existen algunos riesgos en salud atribuidos al deterioro del funcionamiento de diferentes sistemas incluido el cardiovascular; los adultos mayores también tienen riesgos importantes relacionados a su sistema motriz secundarios a una disminución de su masa muscular, así como desmineralización y fragilidad ósea. Las caídas son el peor enemigo del adulto mayor ya que suelen terminar en fracturas cuyas complicaciones sí representan un riesgo para la vida y no solo para la función.

El mantener actividades físicas y mentales disminuye la probabilidad de caídas, así como la incidencia de depresión y sensación de abandono en el adulto mayor. Actividades tan sencillas como el caminar acompañados, salir a realizar compras básicas, recordatorios y cumplimiento de lo planeado durante el día, pláticas familiares o con amistades, e incluso un juego de mesa; son actividades que generan beneficios neurocognitivos y a su vez, permiten fortalecer vínculos familiares o sociales.

Lamentablemente el adulto mayor es susceptible a diferentes tipos de discriminación tanto a nivel familiar, como fuera de ella. Actitudes que van desde la desacreditación, nulificación, descuido, abandono, etc. son algunos de los riesgos sociales que pueden enfrentar.

En México existen diferentes programas sociales que fomentan la participación de las personas mayores en actividades o talleres que también han sido alcanzados por la pandemia con la suspensión de actividades presenciales; sin embargo, algunos de ellos continúan actividades de manera remota. Para ejemplo de lo anterior sugerimos visitar el siguiente link: 

https://www.facebook.com/Universidad-De-Vida-Para-Adultos-Mayores-653383795174853

Es muy importante aclarar que el conservar la salud de cualquier persona durante la actual pandemia no depende únicamente de no salir o exponerse ante el virus. Todos requerimos de múltiples intervenciones permanentes ligadas a nuestra alimentación, ejercicio y estímulos neurocognitivos. En caso de no existir actividades educativas o laborales actuales es de gran relevancia para todos el contar con estímulos neurológicos que fomenten la memoria, atención e integración de información para resolver problemas.

Luis Gerardo Vázquez Villarreal

Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte LFA

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