En 2008 tuve el primer contacto con un joven vivaz, divertido y muy, pero muy inquieto. “Pato” era novato puma y lucía como un polluelo que apenas le estaba brotando el plumaje. Su cabellera rubia artificial no le favorecía en absoluto y su complexión correspondía más a un receptor que a un “corner” pues su esbeltez no era comparable con otros jugadores defensivos. Proveniente del club Bucaneros de Satélite donde inició la práctica del fútbol americano desde el 2000 en la categoría “Falcons”, terminó su etapa en ese equipo en 2008 cuando jugó la categoría intermedia.

Como integrante del perímetro en Pumas CU, su alto grado de comprensión del sistema defensivo, lo hicieron que destacara y así, comenzó su proceso de embarnecimiento físico para poder desempeñar efectivamente su posición y aportar su “granito de arena” en el campeonato de Liga Mayor en ONEFA de 2008.

Una lesión de considerable importancia en una clavícula, lo llevó a cirugía; esto le impidió participar en 2010 en la temporada. No obstante, se mantuvo activo practicando como pateador bajo la supervisión del coach Enrique Zapata quien lo convirtió en pieza fundamental de los equipos especiales. Su perseverancia y tenacidad (por no llamarle terquedad) lo convirtieron en un “peligro” para los equipos rivales a quienes les hizo pasar malos ratos cuando les interceptaba varios pases o impedía a los receptores que completaran pases.

Culminó su paso por Pumas CU en 2012 donde vivió con intensidad el fútbol americano en el mayor nivel que existía hasta ese entonces como jugador, pero dio sus “primeros pasos” como coach apoyando las categorías infantiles de ese mismo programa.
Su mentor de equipos especiales le extendió la invitación para que colaborara con él en Pumas Acatlán en 2014. Se sumó al staff de dicho programa de fútbol americano colaborando en la toma de videos. “Es un inicio”, comentó. Poco a poco fue integrándose al deporte “per se” entrenando desde la categoría “babys” hasta liga mayor como responsable de la unidad de perímetro. En su paso por ese programa, consiguió algunos campeonatos hasta el último que disfrutó en 2017 con la categoría intermedia donde su unidad encargada tuvo un papel fundamental para el logro de esa victoria. Al mismo tiempo de esa actividad laboral, Pato siguió jugando fútbol americano, pero a nivel profesional.

En 2016 fue integrante de uno de los equipos fundadores de la Liga de Futbol Americano Profesional. Su número de jersey 22 lució los colores verde y blanco de Raptors de Naucalpan. Personalmente, significa una temporada diferente y muy especial. El 21 de febrero durante la jornada inaugural de la LFA, al medio tiempo del partido Raptors contra Mayas, Pato se hincó en el campo de juego, frente a su tribuna para pedirle matrimonio a Gabriela ocasionando un cúmulo de opiniones y emociones al respecto. La anécdota sigue siendo comentada para diversión de la pareja que sigue felizmente casada.

Nunca sabremos cuándo, dónde y por qué coincidiremos con las personas. Lo que es un hecho es que sucede. Durante la segunda temporada de la LFA, en 2017 se integró al equipo aurinegro Condors donde el Head coach Enrique Zapata apostó de nuevo por su talento y experiencia como jugador. Una vez más Pato estuvo jugando para su coach sin saber que sería la última ocasión que los reuniría en esas circunstancias.

La vida laboral le cambió al terminar el ciclo de su coach en Pumas Acatlán y, este término, los separó tomando direcciones opuestas. De tal suerte que Pato y Gaby se mudaron a Santiago de Querétaro para comenzar algo nuevo. Allá, está formando estudiantes jugadores para la Universidad Anáhuac de Querétaro. No obstante, hace unos cuantos días, los coaches y directivos de Pioneros LFA lo invitaron a integrarse al staff de coacheo como responsable del perímetro.
A dos años de haberse separado Pato y el Coach Enrique Zapata (director deportivo de la LFA), se volvieron a reunir de forma parcial en la misma liga y con los mismos intereses: fomentar y engrandecer a este hermoso deporte a nivel profesional sin perder de vista los principios y fundamentos que, con mucho esfuerzo, los han mantenido juntos.

Por: Cinthya García Guerrero
Fotos: Varios

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