Sin duda, el fútbol americano profesional en nuestro país es joven aunque haya antecedentes de otros intentos hace décadas.
Para la creación de un “artefacto” deportivo con giro empresarial se necesitan muchos elementos de diferentes naturalezas.
Si bien, los que propician y representan la “materia prima” son los jugadores, entrenadores y staff en general, hay otros actores que hacen que la ingeniería de esta maquinaria funcione. Más allá del romanticismo del fútbol americano amateur (que nunca será criticable), están los intereses de muchas personas por conseguir que se afiance y crezca este deporte a nivel profesional.
Ciertamente, las opiniones son respetables y pueden llegar a ser grandes recomendaciones. Sin embargo, dejando a un lado lo que se conoce de este deporte en nuestro país, está la visión de empresa y de satisfacción del cliente.
El cliente para la Liga de Fútbol Americano Profesional es la afición. Aquellos quienes han creído que se puede fortalecer nuestro “producto” para llegar a un mejor estándar y, mejor aún, ser una oferta deportiva que abre oportunidades de trabajo a muchas personas.
Puede tomarse como ejemplo la NFL, sí. Tendríamos que conocer a profundidad la historia, los riesgos, errores, aciertos y grandes logros graduales para imaginar que un esquema de trabajo similar puede ser adoptado por nosotros. Las versiones de cada equipo, coach, jugador, dueño, etcétera, constituirían parte del acervo necesario para continuar con la construcción de nuestro círculo virtuoso.
Simplemente porque somos mexicanos, podemos conseguir lo que nos inspira, lo que nos hace vibrar y actuar sin quedarnos en el simple “boceto” de lo que alguna vez soñamos.
Piénsenlo. Todos merecemos el beneficio de la duda.
Por: Cinthya García Guerrero
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