La nutrición deportiva gana cada vez mayor presencia y participación en el deporte en México. Para la LFA, acostumbrada a trabajar de manera multidisciplinaria, estos profesionales de la alimentación juegan un papel determinante para potencializar el rendimiento de los jugadores en cada equipo.

Para lograr lo anterior, los nutriólogos realizan diferentes pruebas (según calendario) con la finalidad de obtener la mayor cantidad de información sobre cada jugador. Las variables son hábitos de consumo, mediciones antropométricas, composición corporal, sudoración, etc. Se implementan intervenciones nutricionales personalizadas que permiten al jugador mantener las cargas recibidas en los entrenamientos y días de juego.

Esto, en conjunto con las actividades relacionadas a las otras áreas de los staffs médicos (fisioterapeutas, quiroprácticos y médicos), genera la sinergia que permite prevenir estados metabólicos que afecten las capacidades físicas o la salud de cualquier jugador; también, reduce la probabilidad de lesiones e, incluso, fomenta la recuperación de estas en caso de presentarse.

Todos los nutriólogos de equipo cuentan con una formación profesional en el área y adicionalmente reciben capacitaciones para conocer e implementar los protocolos y procesos de la liga. De cualquier forma, para el cumplimiento de sus actividades, cada uno de ellos aportará estilo propio a sus intervenciones, siempre respaldadas científicamente.

Daniela Morón (nutrióloga de Osos de Toluca) realizó tasas de sudoración para brindar las recomendaciones pertinentes al equipo y verificó personalmente el cumplimiento de estas durante el juego; para cubrir las demandas energéticas transcompetitivas tomó en cuenta que las opciones de alimentación que se tuvieran disponibles, fueran del agrado de cada jugador ofreciendo diferentes opciones que aportaran carbohidratos simples, tales como papillas, gomitas y jugos para mantener al equipo.

Para Gilberto Franceschy (nutriólogo de Artilleros de Puebla) fueron de relevancia los ajustes de hidratación durante los días de juego. Para realizarlos de manera específica utilizó un termohigómetro electrónico que le permitió conocer detalles de temperatura y humedad del ambiente en el que se llevaban a cabo sus actividades; la consideración de estas condiciones se vuelve importante cuando se combinan con factores como la hora del juego, las demandas motrices de cada posición, el uso de la utilería (de 5 a 8 kilogramos adicionales) y el uniforme ya expuesto al sudor. 

El conocer las características específicas del clima en el momento adecuado fue muy importante para estimar con eficiencia la necesidad hídrica y de electrolitos de Artilleros.

Es una realidad que en cualquier deporte y en cualquier nivel, existirán atletas con la carencia de estas atenciones o que, previamente, se arrastren malos hábitos de alimentación que generan aportes energéticos insuficientes o excesivos a la hora del juego.

Los horarios vespertinos y nocturnos presentes en el calendario de la “furia verde” fueron determinantes para los ajustes e intervenciones de Arturo Yebra (nutriólogo de Raptors de Naucalpan), ya que algunos jugadores realizaban comidas previas en abundancia y otros tenían cargas insuficientes al limitar ingestas por no sentirse cómodos con alimentarse antes del juego.

Para resolverlo, durante los calentamientos presentaba una charola con opciones específicas en los momentos de hidratación. Ya, durante el juego brindaba presentaciones que incluyeran carbohidratos de rápida absorción entre los cambios de series ofensivas y defensivas. A pesar de parecer una tarea simple, es importante señalar que a cada uno se le otorga la cantidad apropiada y ya conocida por las evaluaciones previas.  

En la LFA nos sentimos orgullosos de incorporar cada vez a más profesionales en los equipos multidisciplinarios de salud para la atención de nuestros jugadores. Tenemos la certeza de que este tipo de iniciativas, sin duda hacen la diferencia en nuestro deporte, ya que todo aquello que se realice en equipo siempre será mejor.

Por: Dr. Gerardo Vázquez

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