El movimiento humano es sumamente complejo, incluso el realizar actividades inmersas en nuestra vida diaria como caminar, asearse o alimentarse son una muestra clara de la increíble secuencia estructural, química y efectora realizada entre la actividad mental, mediadores químicos que funcionan como señalizadores, corrientes eléctricas transmitidas a partir de los nervios y contracciones musculares generadas por los grupos en cuestión.

El aprendizaje motor de la marcha (caminar) nos toma alrededor de los primeros 10 a 18 meses para integrar y repetir esta secuencia; sin embargo, es hasta los 7-8 años que se considerada estructurada al igual que la postura. Entre el aprendizaje inicial y la estructuración se tiene un tiempo de oportunidad para favorecer esa integración a favor de la salud y evitar alteraciones a largo plazo. Del mismo modo con el paso del tiempo se van integrando diferentes movimientos utilizados para satisfacer necesidades básicas y en su momento ocurrirá lo mismo si se fomenta el gusto o interés por realizar una práctica deportiva.

La técnica de ejecución de cualquier movimiento que forma parte de los gestos deportivos dependerá completamente de ese aprendizaje e integración adquirido durante las etapas formativas en cualquier deporte. Lo anterior no debe ser confundido con generar pequeños especialistas o figuras deportivas infantiles en cada niño ya que entre los 5 a 12 años se sugiere que la práctica deportiva sea fomentada con fines recreativos.

A pesar de que el ambiente competitivo a largo plazo genera mejoras respecto al manejo de emociones, capacidades afectivas, tolerancia a la frustración, trabajo en equipo etc. No debe considerarse un posible campeonato como el objetivo principal o decisivo para elegir la práctica de alguna disciplina deportiva.

Los estímulos para el desarrollo de lateralidad, coordinación, equilibrio, memoria y agilidad son solo algunas de las virtudes que recibe un niño al practicar deporte. Es importante identificar que todas estas capacidades están completamente vinculadas al aprendizaje y la atención; de manera que no es de sorprender que todas estas habilidades también sean transferidas al desempeño escolar y desarrollo social. Entendido lo anterior es fácil notar que tampoco es correcto castigar con privar de la práctica deportiva o asistencia a entrenamientos.

Actualmente existen diferentes opciones deportivas y artísticas que pueden realizarse de forma presencial o remota que siguen siendo una excelente decisión para su fomento sin necesidad de exponerse a contagios por la actual pandemia, si la opción es el futbol americano sin duda habrá que esperar un poco más y apegarse a los protocolos establecidos por las autoridades correspondientes cuando sea su momento.

Sea cual sea la elección, que sea tomada por un mundo sano y mejor. Que nuestros pequeños practiquen deporte.

Luis Gerardo Vázquez Villarreal

Dirección médica y ciencias aplicadas al deporte LFA

Una respuesta

  1. Un reportaje muy interesante.
    Ustedes como organización tienen planeado iniciar una liga de futbol americano infantil?
    Si es así me interesaría que mi hijo participara en algún equipo

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