La mayoría del tiempo resalta entre la afición la espectacularidad y ejecución de algunas posiciones ofensivas o defensivas. Pero, ¿qué hay del reconocimiento a los responsables de que la estrategia ofensiva se cumpla dentro del campo?
La línea ofensiva combina una gran cantidad de factores que atrae el interés no sólo para la afición más conocedora, también son principales focos de atención para aquellos apasionados de las ciencias aplicadas al deporte.
Estos jugadores son los responsables de poner en marcha y ejemplo conceptos como la fuerza, centro de gravedad, agilidad y propiocepción al mismo tiempo.
Sujetos de gran estatura, masa muscular desarrollada y grasa corporal significativa es la combinación presente en esta posición; estas dimensiones corporales tan peculiares llegan a ser objeto de opiniones o prejuicios muchas veces poco fundamentados respecto a sus condiciones de salud.
La fuerza es la capacidad física que nos permite oponernos a una resistencia o ejercer una presión por medio de tensión muscular, el trabajo o asignación de la línea ofensiva consiste en no permitir el ingreso de sus rivales ofensivos; esta tarea a la vez que da tiempo a sus compañeros para completar trayectorias y posiciones también busca abrir espacios que faciliten la trayectoria y aceleración de los corredores.
Una gran interacción de fuerzas provenientes desde diferentes direcciones intentando cruzar la línea demandan a esta posición una excelente propiocepción a partir de la concientización de la ubicación y posición de sus extremidades, ya que con brazos y piernas ejecutan movimientos rápidos y precisos (ágiles) contrarrestando fuerzas oponentes sin violar reglamento al sujetar sin perder el equilibrio en el intento. En ocasiones realizan esta actividad contra más de un oponente dejando de lado la necesidad del contacto visual para completar su asignación.
Las dimensiones corporales de esta posición complican la captación de talento y ajuste táctico o estratégico en más de un nivel competitivo. Constantemente se tiene la idea errónea de requerir sujetos con exceso de grasa corporal para su correcto desempeño. El peso en esta posición sí es determinante puesto que mientras mayor sea el peso del individuo y mayor control motor tenga para manipular su centro de gravedad descendiéndolo eficientemente será de mucho mayor dificultad su desplazamiento en sentido opuesto al que dirige sus fuerzas.
Dicha situación no necesariamente compromete su composición corporal con exceso de grasa; lo anterior es una necesidad actual que requiere ser aclarada en el futbol americano y justifica la realización de estudios antropométricos, de composición corporal junto con asociaciones al rendimiento por posición. Cabe señalar que esta posición de juego es la que mayor presencia internacional ha tenido incluyendo destacados jugadores mexicanos con presencia en NFL y ligas profesionales en otros países.
Luis Gerardo Vázquez Villarreal
Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte
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