La entrevista del jueves por la noche fue de uno de los jugadores que han dado muestra del potencial con el que cuenta. Su personalidad puede ocasionar dos vertientes, pero al ver su desempeño en el campo, resulta un placer por su determinación y efectividad.

Luis Trujillo y Juan Pablo Farril entrevistaron en LFA Total a uno de los jugadores LFA que forma parte de la lista de seleccionados para la segunda generación de #mexICAN stars.

Carlos Fernando Espinoza Carvajal es un cornerback que jugó liga mayor en Borregos del ITESM campus Toluca. Allí comenzó su trayectoria en el fútbol americano y culminó su etapa colegial.

En 2006, en compañía de su primo, se integró al equipo de sus amores, donde le comenzaron a llamar “Mono”. Su abuela fue quien fomentó que Fernando se mantuviera en el deporte y se hizo responsable de él.

Su etapa de rebeldía lo hizo perder la beca en el ITESM, lo que lo llevó a estudiar en la UVM; sin embargo, en 2011 inició liga mayor como un borrego del ITESM Toluca, el equipo donde siempre quiso estar.

En 2014, su equipo dejó de ser el “ya merito” y demostraron el nivel de Borregos Toluca.

Fue bicampeón mundial universitario en 2015 y 2016, entre otros grandes logros. En 2019 se integró a Condors de la Ciudad de México y comenzó su historia en la Liga de Fútbol Americano Profesional.

“La reacción que tengo, previa a que salga la jugada, es una de mis ventajas sobre los receptores. Eso siempre me ha ayudado y, más que nada, arriesgarme”, así se describió.

Su llegada a la LFA se debió a la invitación de varios compañeros y coaches que ya conocía. A pesar de haber decidido dejar el deporte y dedicarse a su profesión, las leyes. Combina ambas profesiones porque no se ha dado la oportunidad de vivir del fútbol americano, todavía. El apoyo que ha recibido por parte de los dueños de su equipo ha resultado fundamental para su trayectoria.

“Condors era el equipo sin ganar. Tenemos un gran equipo que ha tenido el mejor apoyo. Como el fútbol americano es de justicia, no había otra forma de obtener resultados. La cuestión era creérnosla para ser reconocidos”, comentó.

La diferencia que percibe entre liga mayor y profesional es el estilo de juego. El cambio de jugadores en LFA modifica todo, se convierte en novedad a cada año. La preparación y ritmo son diferentes por las edades.

“Lo que buscaba cuando terminé liga mayor era seguir con mi carrera. Abrí mis posibilidades y el apoyo de Condors fue fundamental. En Osos no vi esa amplitud en mi preparación profesional”, explicó.

Comentó que el siguiente paso entre liga mayor y profesional lo dicta la madurez. El trabajo personal e individual hace la diferencia para conseguir lo que se pone como objetivo.

Su aspiración de llegar a la CFL la resume como algo alcanzable debido a la excelencia de jugadores con los que cuenta el país. Es dar lo máximo por sí mismo, no tanto por alguien más. Hacer lo mejor también pensando en los que “vienen atrás”. Se sabe y siente confiado por las habilidades defensivas y atléticas con las que cuenta.

Lo más difícil que ha enfrentado es lo que se deja por el deporte. Hay muchas cosas que se “sufren” por practicar el fútbol americano, pero se considera afortunado por haber tenido esas experiencias.

Confía en su capacidad y se siente seguro de lo que puede conseguir. Un jugador orgulloso de quién es y a quiénes representa.

Por: Cinthya García Guerrero

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