La entrevista del jueves por la noche fue con un jugador que llegó a la LFA para sorprender a propios y extraños. Carlos Rosado y Juan Pablo Farril conversaron con el novato defensivo que se ha convertido en una verdadera amenaza para las ofensivos de cualquier equipo que enfrente a Dinos de Saltillo.

Jorge Luis Revuelto González es el strong safety número 21 de la “ola morada” que ha devuelto a la franquicia la esperanza en que la defensiva puede darle oportunidad de hacer cosas grandes en el campo. A sus 28 años, sus estadísticas en las cinco semanas jugadas son destacadas pues consiguió 18 tackleos, asistió en 4, interceptó 4 pases, obtuvo 1 pick six y recuperó 1 fumble.

Para ser su primer año en la Liga de Fútbol Americano Profesional, el recibimiento ha sido excelente y sus características físicas le han aportado lo necesario para ser de los jugadores de perímetro que más destacaron en lo que alcanzó a jugarse en este año.

Carlos Rosado presentó a Jorge como una promesa del deporte profesional en la liga de fútbol americano por excelencia en nuestro país. Jorge aprovechó para comentar que fue operado de un dedo por lo que ha aprovechado la situación y se ha dedicado a rehabilitarlo.

“El estar en la LFA es tener una responsabilidad con uno mismo. Entreno en la mañana fuerza, en la tarde fundamentos de fútbol americano. Ahora no es lo mismo, pero me mantengo activo seis veces a la semana sin perder de vista mi alimentación.”

Explicó que sus inicios en el deporte fueron en secundaria donde fue invitado a jugar en Bulldogs de Chihuahua. Cuando lo vieron en el golpeo (por siete años) decidieron que fuera linebacker. En 2013, Carlos Altamirano y Javier Trevizo lo vieron e invitaron a jugar en Águilas de la UACH. Desde que pisó ese campo supo que “eso” era lo suyo.

Como parte de una generación exitosa en Águilas, Jorge se consideró un elemento que competía con sus compañeros y tuvieron una compenetración importante. Era un equipo completo desde el staff hasta los jugadores. Desde 2015, la generación dio el “brinco” para pelear por jugar postemporadas. Ahora queda apoyar a las nuevas generaciones para seguir creciendo.

Carlos Altamirano le dijo que agradeciera cuando se graduara porque ese es su objetivo. La disciplina, constancia y respeto son los pilares de su trabajo.

Javier Trevizo le pidió que trabajara por jugar y ganarse una titularidad. La estampa de esfuerzo fue lo que le heredó a Jorge e inculcó el trabajo arduo para poder ser seleccionado nacional.

Su primer contacto con Dinos de Saltillo fue con Luis Orozco, quien lo convenció para jugar en 2019. Por cuestiones externas no se concretó, pero en esta temporada se presentó para ser bienvenido y que sacara lo mejor que tiene como atleta.

La temporada 2020 en la LFA fue totalmente diferente a lo que había experimentado. La edad es un factor que hace la diferencia. Hay jugadores estelares, lo mejor de cada región. El talento individual hace relevante a la LFA.

“Realmente estaba preparado para el mayor reto que podía presentarse en Dinos. Se debía trabajar desde abajo y comencé a ‘lucharle’ para llegar a ser titular. Es un equipo lleno de muy buen talento. Esperaba que el nivel de la LFA fuera similar al colegial, pero es más alto pues el nivel interno de cada jugador eleva el nivel general. Espero que la siguiente temporada Dinos regrese a dar un golpe de autoridad”, sentenció.

Los primeros entrenamientos fueron indicadores para que Jorge hiciera mancuerna con un safety que llegó de Alabama. Debió “levantar la mano” para mostrarles de qué está hecho. Llamó la atención del coach Adame para hacer lo que más le gusta, mejorar sus cualidades como atleta.

El juego contra Fundidores de Monterrey fue de los más “completos” para Jorge porque en esa semana tuvo un desánimo al jugar en otra posición. Así que fue su preparación mental la que hizo el cambio. Cuando anotó, Máximo González se le acercó a felicitarlo por lo conseguido. Esa amistad es vieja y donde se sabe reconocer el trabajo del otro.

La versatilidad es la que distingue a Dinos de Saltillo. Toda la defensiva peleaba por ir al balón y los números hablan por sí mismos. “Todos buscábamos la jugada grande y éramos como una maquinita”.

En el equipo se deben cumplir con horas de video para estudiar a los rivales y Jorge lo tomó como una tarea. Lo que se logra asimilar del rival dentro del campo es lo que hace la diferencia.

“Contra Raptors fue el partido más duro de lo que se jugó en la temporada. Cuando íbamos perdiendo por 9 puntos, hubo una voltereta. Recuerdo haber fallado en asegurar el balón cuando se lo quité a Bruno Márquez y mis compañeros no me reclamaron, al contrario, me animaron a seguir haciendo cosas grandes.”

“Lo que hay en mi mente es darme una oportunidad en la LFA y, si se puede, en la CFL. Quiero demostrar mi verdadero potencial para ayudar a mi equipo y ver a Dinos en instancias finales disputando un campeonato por un Tazón México.”

Como un consejo a quienes están en la etapa de cambio de colegial, agregó “lo más importante es que se alejen de los vicios, trabajen duro y busquen dar el extra porque se desconoce cómo se prepara quien está del otro lado. La responsabilidad es clave, pero lo más importante es no dejar de pelear por lo que se desea. A los 14 años vi un juego de liga mayor y deseé estar allí, se cumplió y puede cumplirse cualquier otro sueño.”

Por: Cinthya García Guerrero

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