Uno de los sellos particulares de Raptors es el juego aéreo y como buen equipo de fútbol americano no sólo depende del brazo del quarterback o el estilo de juego del head coach, son todos los factores juntos lo que ha caracterizado esta fortaleza de la furia verde.

La llegada de Bruno Márquez (número 13) al equipo del norte del Edomex en el 2017 definitivamente impulsó lo que se había creado a la ofensiva en el 2016 sin embargo, con el arribo del head coach Guillermo Gutiérrez se logró llevar el talento de Márquez y las cualidades de los receptores a otro nivel, formando desde el 2018 una de las ofensivas más peligrosas de la LFA.

A partir del 2018 Márquez terminó siendo líder en yardas en la temporada 2018 (con 1,882 yardas) y 2019 (con 2,456yds), incrementando notoriamente su eficiencia y madurez con todo el cuerpo de receptores. Por consecuencia, Raptors ha estado ubicado en el top tres en yardas aéreas en estos últimos años.

En el 2020 el quarterback titular sufrió varias lesiones a principios de la temporada terminando en quinto lugar en producción aérea, pero “sorprendentemente” el equipo no dejó de estar en el top tres con 1,439 yardas.

¿La razón? Los receptores.

Tener a veteranos como Iván García (número 16) o Enrique Barraza (número 86) quienes están en la “furia verde” desde el 2016 o jugadores del 2018 como Manuel Barrios (número 19) o Diego Arce (número 28) quienes han destacado en varias ocasiones le dan ese soporte y estilo ofensivo que ya conocemos.

Pareciera que el hablar de la temporada 2020 fuera en vano, pero no es así, ya que se lograron destacar ciertos aspectos como la sinergia que tiene el equipo de Raptors gracias a los 3 años que llevan en conjunto y que tanto con Márquez como con Barona en los controles los receptores (y el equipo) lograron hacer su trabajo.

El 2022 parece muy prometedor en cuanto al ataque aéreo con un Ricardo Sainz (número 29) en su segundo año y la generación 2021 que ingresó vía draft o trade como Homero Gutiérrez, Gustavo Pecechea, Jhovany Haro, Marco Camacho, Francisco Viamontes y Alfredo Martínez, junto con el extranjero Kento Suzuki; quienes le  darán un aire fresco, pero aún más importante, mayor profundidad.

La mezcla que existe entre las universidades de las que provienen todos (UVM, Borregos México, Anáhuac Note, Borregos Toluca, Burros Blancos, Águilas Blancas y Pumas CU) sumado con sus cualidades, arman el paquete “ideal” de receptores para que el coach Guitérrez los pueda rotar de mil maneras y atacar de forma agresiva,veloz y certera.

Todavía falta sumar la generación del 2022 que ingresará de liga mayor, pero la zona aérea parece estar cubierta, solo faltaría quizá reforzar la línea ofensiva para cubrir a Bruno Márquez y si todo se logra, podrían ser imparables o al menos esa es la intención del equipo.

Las piezas están puestas en la mesa para Raptors, solo falta ponerlas en el lugar correcto y centrar el balón.

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