En el segundo tryout de la Liga de Futbol Americano Profesional de 2019, realizado en Querétaro, se presentó la primera mujer con aspiraciones en pertenecer al equipo local (Pioneros LFA). Karla es una jugadora activa del equipo Titanes, pero sus aspiraciones son más altas.

En entrevista, la antes jugadora de fútbol soccer, respondió ante los ojos curiosos por verla desempeñar cinco de las seis pruebas del circuito. Se le excluyó de bench press; sin embargo, realizó las demás como un cualquier aspirante.

¿Cuál es tu nombre?

Karla: Karla Margarita Granados Rodríguez, pero me conocen como “Pambo”.

¿Qué edad tienes?

Karla: 28 años.

¿Dónde naciste?

Karla: Soy de aquí, de Querétaro.

¿En qué equipo juegas?

Karla: Titanes de Querétaro y participamos en fútbol americano femenil equipadas.

¿Cuándo comenzaste a jugar fútbol americano?

Karla: Hace poco más de 6 años.

¿Por qué comenzaste a jugar fútbol americano?

Karla: Por mi hermano. Él jugaba fútbol americano y quise probar otro deporte pues practicaba fútbol soccer.

¿Qué es lo que te gusta del fútbol americano?

Karla: Uno de muchos aspectos es la conformación de una familia, eso, por un lado. La adrenalina que se siente antes de golpear, la estrategia que se desarrolla por medio de un scout, el playbook y “jugar” con las “fichas” que se tiene para buscar ganarle al equipo contrario.

¿Qué te ha dejado el fútbol americano?

Karla: Principalmente es la familia que he hecho con mis compañeras, disciplina, resiliencia ante la presión, saber trabajar en equipo pues cada jugadora tiene la asignación de ejecutar correctamente para que todo resulte bien y cada una es importante en cada jugada.

¿Por qué intentar pertenecer a un equipo profesional y donde, hasta ahora, solo juegan hombres?

Karla: Lo tomo como una difusión del fútbol americano femenil para que se conozca que en México se está jugando a buen nivel. Por supuesto que es claro el sueño. Cada día de juego profesional de la NFL estoy al pendiente, como también del colegial e incluso el canadiense. Es una ilusión ver que sean profesionales en un deporte, que se dediquen a una pasión increíble. Una razón concreta es para “levantar la mano” para decir que también estamos mujeres jugándolo y que soy capaz de patear. El sentimiento de competencia me encanta pues me obliga a buscar ganarle a cualquiera. Intento pertenecer para hacer una “mejor versión de mí, una mejor versión de pateadora” porque sé que tengo mucho para dar.

¿Conoces los riesgos de estar dentro del campo en un nivel tan elevado?

Karla: Entiendo las dimensiones de los jugadores con quienes estaría y contra lo que me enfrentaría, pero creo que nadie está exento de lesiones o de que le suceda algo (ruptura de huesos, conmociones, desgarres, etcétera). Es obvio que es un deporte de contacto que enseña muchas cosas, entre ellas es que depende de la preparación minimizas las posibilidades de salir lesionado. Si sigo una buena alimentación, voy al gimnasio, entreno, desarrollo la técnica y ritmo… esas cosas que dependen de uno mismo, reduciré el espacio de error. Puede ocurrir que haya un mal centro, a lo que mi deber será recuperar el balón y “hacerme conchita” porque vendrán por mí. Todos estamos expuestos y más en este deporte a las lesiones que pueden ser desde graves hasta menores. Entonces, por la naturaleza del fútbol americano, lo entiendo.

¿Qué mensaje tiene para otras mujeres que gustan de este deporte y que quisieran practicarlo profesionalmente?

Karla: Es algo sencillo, que trabajen por lo que deseen. Si su sueño es jugar a nivel profesional pues vamos a reunirnos, a apoyarnos y trabajar en equipo para hacer crecer este deporte. Si llegar a esto es un sueño u objetivo no hay más que seguirlo. No hay de otra. Si eso puede hacerte feliz, persíguelo cada mañana trabajando en ello y comprometiéndote con la dificultad que tenga. Las invito a que se prueben porque el que no arriesga, no gana. Hay que luchar, ser disciplinada porque el límite es el que cada uno se fija, acercarse a quienes te pueden apoyar para hacerte una mejor persona y crecer en conjunto.

Por: Cinthya García Guerrero
Fotos: Abigail Cruz

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