No se puede señalar como un “clásico” a la rivalidad que hay entre Raptors de Naucalpan y Osos de Toluca debido a distintos factores, pero se puede establecer que en el desarrollo de los partidos entre ellos, nunca faltará un poco de “drama”.

El juego de la semana cuatro se llevó a cabo en el estadio JOM, territorio Raptor, donde Osos llegaba con su primera victoria; al contrario de Raptors, quien acababa de saborear lo amargo de la derrota en Saltillo. 

Las ofensivas de ambos equipos presentaron la peculiaridad de contar con quarterbacks de primer año, lo cual le dio un valor agregado al juego ya que los ojos estaban 100% colocados en los novatos quienes dieron varias jugadas inesperadas, junto con algunos intercambios de balón.

Por la misma razón, las ofensivas decidieron restarle un poco de presión a los quarterbacks inclinándose con jugadas por tierra, llevando el duelo a las trincheras y volviéndolo aún más físico.

El ataque terrestre parecía funcionar para las dos ofensivas, pero la presión por impactar en el marcador, los obligó a optar por jugadas aéreas en ciertos momentos y, a pesar de la inexperiencia a este nivel, ambos quarterbacks cumplieron con el requisito. Sin embargo, las defensivas también hicieron su trabajo, interceptando en más de una ocasión.

Una jugada defensiva en zona roja para la “furia verde” fue lo que le dio la ventaja en el partido e inclusive, en el último cuarto, pudimos apreciar el regreso del quarterback titular de Raptors quien se había ausentado dos semanas debido a una lesión en la muñeca.

Fue evidente la lucha hasta el último segundo para el equipo de Toluca, como siempre aguerridos, pero el marcador y el desgaste físico también se volvieron rival.

La idea de Raptors con más ritmo y Osos con más hambre, nos creó una expectativa de las siguientes historias que presenciaríamos. 

Por: Fernanda Mayen

Deja un comentario