Decir adiós después de tres temporadas activas, cuatro años formando parte de la liga, un campeonato, un subcampeonato y un sinfín de historias nunca es fácil, pero todo ciclo tiene que llegar a su fin y con ello el corredor de Gallos Negros, Irving Alamilla, se despide de los emparrillados, pero dejando una huella enorme por su paso.

Después de una exitosa etapa representando a los Pumas de Ciudad Universitaria, haber portado el jersey de la selección mexicana y una experiencia por España con los Osos Rivas, Alamilla se sumó a la LFA en el 2018 con el equipo de Condors, lugar que se volvió parte de él de manera inmediata al revivir los colores aurinegros como los emblemáticos Cóndores de la UNAM.

Alamilla alcanzó a vivir los momentos más bajos de la franquicia y al mismo tiempo el principio de la luz con ese cierre exitoso de la temporada de Condors, logrando impregnar, junto con sus demás compañeros, una gran filosofía para los siguientes años.

Llegó el cambio al casco dorado, junto con un cambio de chip y una temporada muy positiva para el equipo que concluyó con el broche de oro con el Tazón México IV donde, después de tantos esfuerzos, se vivió el primer campeonato para Condors al vencer a Raptors en el Estadio Ciudad de los Deportes en el 2019.

Alamilla también se volvió uno de los jugadores con mayor liderazgo en el equipo, logrando motivar a sus compañeros, predicando al mismo tiempo con el compromiso y entrega que brindó a la liga y a la misma legión Condor.

Esta temporada también experimentó uno de los cambios históricos de la organización con la pausa del equipo aurinegro y posteriormente, logró llevar su filosofía a Querétaro cambiando su plumaje a Gallo Negro.

Si bien el inicio no fue lo más óptimo, pero el equipo despertó en el momento que más se necesitó regalándole a Alamilla un escenario de ensueño para el cierre de su ciclo deportivo al vivir el Tazón México V en un escenario como el Estadio Caliente.

El corredor de corazón emplumado tiene registrados en toda su trayectoria con la LFA 100 acarreos, 625 yardas, 7 touchdowns y el ser testigo de todos los cambios en la organización y parte del proceso evolutivo de la liga.

Sin duda Alamilla se convirtió en un gran ejemplo a seguir y uno de los jugadores que todo equipo quisiera tener; alguien que procura a la organización, comprometido, responsable y de buen football.

Las anécdotas, sus acarreos y el anillo de campeón tienen un lugar muy especial en la liga y que sin duda pasará a la historia.

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