Tras la suspensión de actividades competitivas presenciales en múltiples deportes, muchas instituciones y clubes llevan tiempo realizando entrenamientos conjuntos de manera remota con algunas plataformas virtuales para no descuidar capacidades físicas. Bajo estas mismas características, algunas disciplinas han implementado sistemas competitivos virtuales a manera de torneos o exhibición, manteniendo activos a los deportistas e incluso a su afición.
Aún con estas alternativas que, si mantienen acondicionamiento físico, puede cometerse el error de pasar inadvertida una cualidad de mucha relevancia para cualquier deporte llamada propiocepción.
La propiocepción podríamos describirla como la capacidad de ubicar nuestro cuerpo en el espacio. Su correcto funcionamiento depende de la integridad de múltiples estructuras musculares, articulares y nerviosas. Además de tener estas estructuras en buen estado, es importante que sigan recibiendo estímulos para no caer en la desadaptación.
El entrenamiento en espacios cerrados carece de muchos de los aspectos necesarios para un entrenamiento propioceptivo, a menos que se tengan consideraciones especiales; aún cuidando estos detalles, la intervención nunca sería equiparable a la cantidad de estímulos sensoriales recibidos en un espacio abierto.
El campo de entrenamiento, el clima, los compañeros de equipo, las diferentes posiciones o gestos deportivos incorporados a su actividad; así como atrapar, lanzar el balón, el ajuste de velocidad en trayectorias para la intersección o evasión, son constantes estímulos propioceptivos que (ligado al entrenamiento en interiores y el cierre por periodos prolongados de algunos sitios que permitían el uso de espacios abiertos) pudo haber ocasionado el no recibir este tipo de estímulos en un tiempo considerable, generando desadaptación de esta capacidad.
Cualquier actividad que esté por incorporarse a competición debe considerar adaptaciones a sus sistemas de entrenamiento que incluyan intervenciones propioceptivas de manera escalonada. La propiocepción también puede entrenarse en interiores y mejora sus alcances en el control del movimiento cuando existen estímulos visuales, auditivos o de toma de decisiones (siempre y cuando estén combinados con ejercicios de estabilidad).
El uso de plataformas inestables, sistemas de suspensión, atrapamientos simples con pelota, rebotes de pelota con pared o piso, intercalando lanzamientos y atrapadas, pueden ser una opción inicial para los deportes de conjunto. Incluso para entrenamiento en interiores. El uso de escaleras cuadriculadas para realizar drills de agilidad y velocidad también son buenos estímulos propioceptivos y pueden volverse más complejos cuando se agrega la toma de decisiones o la evasión de alguna casilla predeterminada durante la ejecución o repetición de los movimientos.
El entrenamiento propioceptivo no solo hará la transición del retorno al campo más favorable. También debe estar presente en las sesiones de espacios abiertos para mejorar el efecto que genera el mismo ambiente y estimular nuevamente esa ubicación espacial tan necesaria para los deportes en conjunto.
La propiocepción se entrena mejor en espacios abiertos y no solo genera mejoras del control del movimiento para cualquier ejecución o técnica. Su correcto funcionamiento también puede reducir la probabilidad de lesiones; la omisión de su entrenamiento, fácilmente equivaldría a pretender lesionarse.
Por: Luis Gerardo Vázquez Villarreal
Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte LFA
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