Hace poco más de un año que la COVID-19 llegó a México trayendo miles de problemas junto con el virus, lejos de lo que ya todos conocemos, el cierre de las fronteras presentó un reto especial para el Liniero Defensivo de Osos Toluca Ian Marouf, quien no pudo volver su natal Canadá por esa razón y su paso por México va más allá del emparrillado solamente.
La llegada de Marouf a México fue agradable, llegaba con los pies fijos en el suelo y listo para una temporada más de fútbol americano, pero esta vez en tierra azteca.
“Mis expectativas eran venir a jugar y demostrar que puedo seguir haciéndolo bien, no me gusta fijar metas altas porque si no las cumples puedes decepcionarte a ti mismo”.
De cara a la temporada 2020 la preparación del “Gran Oso” fue complicada, factores como la altura y el sobrepeso que enfrentaba en el momento fueron factores que complicaron al canadiense, sin embargo, con ayuda de sus coaches y sus jugadores hizo lo necesario para estar listo el día del debut frente a Fundidores.
“Estaba nervioso, sobre todo por la altura, pero yo estaba listo para entrenar y el clima frío para entrenar me encantó, sé que a mucha gente no le gusta pero yo lo amé. Las personas me trataron muy bien, tanto los coaches como algunos jugadores bilingües me ayudaron a entender el sistema de juego y en cuanto a la ciudad la gente es muy amable”.
Tras un inicio complicado, Osos llegaba a territorio Mexica sin una sola victoria y los números de Marouf tampoco eran muy buenos sin poder haber conseguido una captura hasta ese momento. Partido que cambió el rumbo para el equipo y para Ian, que saldría de ese campo de juego empatando el récord de capturas de la liga en un solo juego con 4.5.
“Cada partido para mí es jugar a ganar, mi entrenamiento y mi dieta me prepararon, sentí que iba a ser un buen juego y vaya que lo fue, para ese entonces mis piernas ya estaban acostumbradas a la altura y yo al sistema de juego, todo hizo click”.
Nadie estaba preparado para lo que pasaría después, conocimos una nueva enfermedad originaría de China y pronto las cosas cambiaron en todo el mundo.
“Solo pensé, mierda, iba mejorando cada juego y estaba demostrando que podía jugar, en el equipo nos decían que iban a ser 2 o 3 semanas solamente, tenía algunos años sin jugar y no pude acabar la temporada”.
La llegada del coronavirus a México llevó a Marouf a considerar una larga estadía en México, además de que cuando el corazón lo pide la estadía valía la pena por otra razón…
“En ese momento tenía dos cosas en la cabeza; una era mi novia en ese momento y quería demostrarle a ella y a su familia que estaba comprometido, esa fue una razón para quedarme, la otra era que realmente quería aprender a vivir aquí. Es una nueva cultura y otro lenguaje a los cuales me sigo adaptando hasta hoy”.
Parecía una historia pintada color de rosa para Ian Marouf y su estancia en México, pero aún faltaba una piedra muy molesta en el zapato y es que el virus no perdona a nadie, a mediados del 2020 Ian Marouf se infectó de COVID-19.
“Afortunadamente no tuve síntomas serios, solo fiebre, perdí el apetito y no tenía gusto; solo me dediqué a investigar lo que debía comer, en descansar bien y con ayuda de los medicamentos la enfermedad poco a poco se fue, fui suertudo porque evidentemente eso no pasa con todos”.
Hasta el día de hoy, Ian Marouf se sigue adaptando al estilo de vida de Toluca (y de México) un proceso largo y difícil, más no imposible. Quien venía de paso algunos meses a jugar planea tener una larga estadía en nuestro país
“El proceso ha sido difícil porque es un país donde debes tener una mentalidad fuerte para salir adelante, viniendo de Canadá no estás acostumbrado a eso. En general las personas han sido buenas y es algo que me gusta de aquí. Espero aprender más y definitivamente quisiera quedarme aquí más tiempo.
Tengo planeado hacer una academia deportiva para jugadores mexicanos, es algo que siempre quise hacer, además hay jóvenes atletas muy apasionados aquí. Además de eso cocino porque mis amigos me dicen que lo hago bien y he tenido la oportunidad de hacer negocios con la comida”.
De cara a 2022 el futuro de Marouf es incierto, si bien sigue viviendo en Toluca, el canadiense no tiene contrato vigente con Osos por lo que se considera un agente libre y comentó que algunos equipos ya se han contactado con él para buscar sus servicios como cazador de cabezas y espera que 2022 sea una temporada eléctrica.
“He perdido 30 kilos desde que llegué y ahora estoy enfocado en ganar músculo para llegar lo mejor posible a 2022. Solo espero que la temporada empiece a tiempo y que podamos jugar sin detenernos, tanto novatos como veteranos tenemos dos años sin pisar un campo, la espera ha sido larga y por eso creo que será una de las mejores temporadas en la historia de la LFA”.
Por último Marouf dio algunas palabras para los jóvenes. “Controlen lo que pueden controlar, no sabes lo que pueda pasar en el futuro, pero sí puedes saber que comes, como te ejercitas y como estudias. La vida es más que solo fútbol americano, claro, puedes prepararte y ser apasionado por lo que haces día con día pero también debes tener muy en cuenta tus estudios y el trabajo”.
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