El 12 de mayo de 2019, en el estadio Ciudad de los Deportes, se volvió uno de los momentos más valiosos para toda la comunidad de la “legión cóndor” al conquistar la victoria más grande por primera vez, pero para Carlos Espinoza representó mucho más que eso.

La trayectoria de este defensivo se puede resumir en palabras como compromiso, lealtad, pero sobre todo humildad y empatía, pues no hay historia vivida por el jugador que le falten estos ingredientes; siendo su sello característico y, probablemente, su fórmula de éxito.

Más allá del sentimentalismo, las coincidencias lo han llevado por un camino único. Su primera aparición en el emparrillado fue a los 11 años en Borregos Toluca -equipo al que perteneció hasta su última temporada de liga mayor- y, en ese año de novato, consiguió el campeonato en la categoría Tauros.

Con el tiempo, Espinoza fue madurando en todos los aspectos y logró destacar en su posición. Gracias a ello, lo llamaron para formar parte de la selección mexicana en el Mundial Universitario en Suecia donde se logró conquistar la primera medalla de oro, representando uno de los logros más importantes del football mexicano.

Después de participar en dos mundiales universitarios (Suecia 2014 y Monterrey 2016) consiguiendo el bicampeonato, aún le hacía falta que Borregos Toluca se llevara “la grande” para poder presenciar todo tipo de campeonatos como jugador estudiantil. Y así fue.

En 2017 para Espinoza, para todo el equipo, así como para el país, se vivió una etapa muy difícil debido al temblor y el desastre que causó.

“Fue un momento clave para el equipo, pues nos unió más. Decidimos hacer la diferencia y buscar la forma de ayudar. Gracias al apoyo de la institución fue posible visitar algunas casas derrumbadas” -comentó con nostalgia-. “Fue el momento que nos hizo entender muchas cosas y crear una unión de verdad.”

Al cierre de ese año Espinoza vivió el primer campeonato de Borregos Toluca en CONADEIP y, a la vez, jugando en casa, el campeonato nacional. Además, obtuvo el récord de líder en intercepciones de todos los tiempos (que continúa vigente).

“Empecé con un campeonato y cierro mi ciclo con otro campeonato. No hay mejor manera de cerrar la etapa, de darle el agradecimiento a mi institución por creer en mí -comentó-. “Fue el mejor campeonato de todos los que he vivido. Es lo más bonito que me ha pasado. Se lo merecía el equipo y mi institución.”

Para 2018 cambió su rumbo al ámbito laboral, pero al ver que el nivel de la LFA iba en crecimiento, decidió formar parte de ella y así fue como llegó a Condors en 2019.

Espinoza dijo que al principio le fue un poco complicado ya que no conocía a muchos jugadores, pero que se dio cuenta que el pasado había quedado atrás y que después lo veían como un jugador de Condors no de Borregos Toluca, lo cual ayudó a que todos se volvieran una familia en realidad.

Su primera temporada como jugador profesional concluyó con el primer campeonato para el equipo “de los cascos dorados”, terminado la mala racha que cargó Condors. 

“El campeonato de Condors fue totalmente diferente a como había vivido otros. El campeonato lo vi más como un agradecimiento hacia los dueños del equipo por todo lo que han apoyado y hecho los licenciados Nassar” -expresó-. “Ojalá que los dueños de todos los equipos fueran igual de apasionados.”

Para Espinoza la propuesta de vivir la experiencia CFL sigue en pie y está totalmente agradecido y orgulloso de todo lo que ha podido vivir a través del football.

“Me esfuerzo por lo que hago y siempre he querido ganar. No es por mí, sino por el esfuerzo que dan todos en mi equipo. Es por eso que doy todo por él; es por y para ellos -expresó-. Seguiré preparándome para la CFL, para dejar en alto mi nombre, el de mi país y toda la gente que me representa; Toluca, México y Condors.” 

Por: Fernanda Mayen 

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