El avance de la vacunación contra COVID19 es significativo en el territorio nacional y contempla casi la totalidad de la población por grupos de edad; sin embargo, es importante recordar que esta estrategia nos protege disminuyendo el riesgo y probabilidad de cursar con la modalidad grave de la enfermedad para no requerir hospitalización, así como una disminución en la probabilidad de cursar con complicaciones que pueden culminar con la muerte.

La pasividad o falsa seguridad de la población, al pensar que la pandemia y sus efectos llegarán a su fin en cuanto se logre un número cercano a la totalidad de personas vacunadas; sería un grave error. El control total de esta y otras enfermedades únicamente llegará si cada individuo generara el cambio de hábitos que le corresponda de la manera más responsable posible.

Mientras tanto la ciencia nos seguirá regalando evidencia sobre los efectos nocivos para la salud o deterioro del sistema inmunológico (incluso post vacunación) producido por algunos hábitos relacionados al sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo y alimentación desordenada.

Un estudio reciente realizado en 86 trabajadores de la salud de un centro policlínico en Roma, consistió en realizar controles sanguíneos sobre la cantidad de anticuerpos producidos contra COVID19, mientras los participantes completaban esquema de vacunación. Adicional a la cuantificación de anticuerpos se recabó información respecto a historial médico, medidas corporales (antropometría) y composición corporal.

Los participantes con mayor circunferencia de cintura registraron menor cantidad de anticuerpos contra COVID19 aún con esquema de vacunación completo, lo mismo ocurrió con los participantes que se clasificaron como fumadores por su consumo de tabaco, al igual que aquellos que fueron identificados como hipertensos y con trastornos en su cuantificación de lípidos en sangre.

Dicho de una manera mucho más simple: Las personas que vivan con sobrepeso, obesidad, hipertensión, trastornos lipídicos o sean fumadoras pueden generar una cantidad de anticuerpos contra COVID19 mas baja de lo normal; de manera que los efectos protectores de la vacunación pueden ser disminuidos no necesariamente por el producto aplicado, pero sí por los hábitos de la persona que recibe la vacunación.

No solo es cuestión de evitar esta enfermedad infecciosa que ha puesto de cabeza al mundo; es una realidad que la mayoría de las personas hemos tenido contacto con el virus o lo tendremos en algún momento de nuestras vidas. El objetivo principal de manera personal debe ser encontrarnos en las mejores condiciones de salud para cuando esa inevitable interacción o contacto ocurra; la vacunación es solo una parte de la estrategia. La responsabilidad social es y seguirá siendo la clave para evitar las terribles consecuencias de esta y otras enfermedades. 

Compartimos la bibliografía del estudio mencionado en caso de querer consultar a profundidad la información. Sugerimos visitar a su servicio médico de confianza para recibir la asesoría y atención que podrá ser un gran coadyuvante para generar los cambios de hábitos que cada persona requiera.

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/dmrr.3465

Luis Gerardo Vázquez Villarreal

Director Médico y Ciencias Aplicadas al Deporte LFA

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