Los playoffs para todos los jugadores y staff o meramente en tema deportivo es una temporada nueva, debido a que la realidad es que los récords como el invicto no te acobijan en nada en la postemporada a menos que los mantengas a tu favor hasta el campeonato, pero a los aficionados siempre les ha gustado mantener la narrativa de lo trabajado en la temporada regular.

¿Qué pasaría si abrimos la puerta a algunos escenarios que suelen parecer un poco probables, pero que al final ambos equipos que se enfrentan antes del Kick-Off tienen un 50-50 de probabilidades de ganar no importa quién sea el rival, el local, el favorito o el que tenga al líder en yardas aéreas?

Empecemos con el primer partido entre Reyes vs Galgos.

Por contexto podemos pensar que el partido se va a pintar de azul, pero no olvidemos que así como ha tenido un juego aéreo explosivo Shannon Patrick, también ha entregado varios, sino es que múltiples, balones en los encuentros.

¿Qué pasaría si vuelven a tener otro de esos juegos donde el quarterback rebasa las 400 yardas del partido, pero el marcador se vuelve insuficiente para amarrar la victoria como lo que sucedió en Dinos?

O que al final Galgos puede reafirmar que Diego Ruiz es todo lo que está bien a la ofensiva del equipo de Tijuana y tenga uno de esos partidazos como en el cierre, sacando a los verdaderos perros de pelea. Así como cuando hicieron “la chica” al posible sembrado #2 (Reds) y puedan hacer lo mismo ahora en la Fortaleza Azul para mandar un mensaje contundente.

¿Qué pasaría si inesperadamente el acarreo de Tijuana se vuelve de mayor impacto que el ataque de Reyes?

Al día siguiente -no que sea tanto una improbabilidad- pues Reds ya venció una vez a Fundidores en esta temporada, sin embargo ambos equipos vienen cruzando caminos diferentes a esta altura, lo que nos lleva a considerar que quizá lo improbable sería que Reds reafirme su dominio sobre los regios, en su tierra, logrando así vencer dos veces al hilo al temible fuego ofensivo de Fundidores y a quien buscan meter en la conversación del MVP, Shelton Eppler.

¿Qué sucedería si al final entre Gabriel Cunningham, Marco Durán, Daniel DeJuambelz y Omar Rodríguez, Reds logra armar a un súper quarterback que pueda mover agresivamente el balón por aire para darle la oportunidad de recargar energías a sus corredores, volviéndose una ofensiva imparable y peligrosa?

Que quizá Reds se haya metido tanto el cabeza de los actuales campeones que no importan las 3,000 yardas por aire o la notoria mejora de la defensiva, sigan siendo la criptonita, mejor dicho, la marea que logre extinguir el fuego del fundidor.

La realidad es que estos escenarios tienen 50% de probabilidades de ser posibles. ¿Cuál será el 50% real que logre inclinar la banza a un solo equipo para obtener ese 100% cuando se finalice el encuentro?

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