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En 1976 se nombró al Mr. Irrelevant por primera vez. Fue Kelvin Kirk quien recibió ese reconocimiento pues fue el seleccionado número 487 (por Steelers de Pittsburgh) en la ronda 17 de la 76ª edición del draft de la NFL; y a partir de esa fecha, dicha distinción se ha realizado año con año.

Paul Salata fue un jugador profesional de la NFL quien terminó su etapa como jugador en los equipos canadienses Stampeders de Calgary y Rough Riders de Ottawa. No obstante, fue quien creó el premio Mr. Irrelevant cuando se le ofreció a Kelvin Kirk, pero fue él quien le abrió un panorama distinto para su futuro en el deporte.

Kelvin Kirk se sumó al campamento de entrenamiento de Pittsburgh, una vez sido seleccionado. Lo que enfrentó fue la desilusión que le condicionaría lo que le quedó de vida. En dicho campamento, debería competir por ganarse un lugar como receptor contra Lynn Swann y John Stallworth (miembros del Salón de la Fama de la NFL). Una vez que reconoció una derrota inminente, escuchó a Paul Salata, quien le extendió la invitación para integrarse a Argonauts de Toronto, ya en la CFL, en 1977. En Toronto, consiguió brillar con luz propia y aportó excelentes jugadas al equipo que lo albergó.

Luego hizo un par de “paradas” en Calgary y Saskatchewan de 1978 a 1980. Su mayor éxito deportivo fue en Calgary donde fue reconocido como un atleta excepcional por su desempeño en equipos especiales. En 1981, jugó en Rough Riders de Ottawa donde superó todo lo que había conseguido en los demás equipos y se convirtió en el jugador más valioso. En esa ciudad permaneció dos años más, pero una lesión de hombro le impidió volver a levantar a la afición de sus asientos.

Su amplio conocimiento del fútbol canadiense lo llevó a entrenar a un par de equipos de la Quebec Junior Football League.

Kelvin Kirk started out as Mr. Irrelevant in 1976, then spent the rest of his too few years demonstrating that you might be far down on life’s list early, but you can end at the top -in fact, as Mr. Relevant. (Inside the huddle, Jim Mcauley, 2016, p. 225)

“Kelvin Kirk comenzó como el Señor Irrelevante en 1976, luego pasó el resto de sus pocos años demostrando que podría estar muy abajo en la lista de la vida, pero puedes terminar en la cima, de hecho, como el Sr. Relevante.”

Esta breve historia de una de las figuras del fútbol canadiense puede mostrar cómo una decisión puede resultar el cambio radical en el rumbo de una vida. También, es una muestra de la intensidad con la que vivió y disfrutó del deporte que parecía que no podría continuar practicando. De allí, la importancia de lo “irrelevante”.

Por: Cinthya García Guerrero

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