Una parte importante para entender el football es conocer las asignaciones, tareas y funciones de cada una de las posiciones de un equipo. El quarterback lanza, el receptor atrapa, la línea bloquea, el linebacker tacklea, etc. Así como hay un rol específico en el campo también existe un rol de conducta por unidad.

Cuando vemos a los jugadores dentro del emparrillado podemos percibir sus talentos, capacidades y el estilo que poseen. Conocemos su rostro, forma física, número de jersey y ahora gracias a las redes sociales podemos saber lo que desayunó esa mañana, pero por más información que tengamos es poco probable que podamos identificar correctamente los patrones de conducta como tal.

Es una maravilla descubrir que cada unidad tiene un diferencial en cuanto al comportamiento de los jugadores de manera individual y colectiva. No es que quiera -o se deba- generalizar, porque no todos poseen los mismos niveles de esa conducta (en específico) mas sí es una cuestión repetitiva. Hay mil pruebas y por supuesto cero dudas.

Lo fascinante es que hay una explicación sobre el por qué cada unidad tiene un rol conductual y por qué, así como las aptitudes y virtudes atléticas de un jugador pueden definir su posición ideal, también el carácter y forma de comportarse se vuelve un elemento que, quizá pasa por desapercibido, pero tiene gran influencia.

En la ofensiva se dice que los linieros son los más “tiernitos”, emocionales, buena onda y es cierto, por ello están encargados de proteger al quarterback y a los demás jugadores, entonces su instinto natural/ conductual es proteger, apoyar.

Los corredores son más introvertidos, más callados, pero también tienen sus momentos explosivos y esto tiene mucho que ver a que deben de estar concentrados, pendientes de las grietas, los bloqueos y el momento en el que deben de explotar la carrera.

Los receptores son las estrellas, aquellos que buscan mucho la estética, son más extrovertidos, más enérgicos; capaces de desarrollar grandes jugadas y también es gracias al foco de atención que reciben cuando anotan o hacen una excelente atrapada.

Y por último, pero no menos importante, están los quarterbacks, aquellos que sí, además de ser los populares deben de mostrar cierta seguridad, pues no solo son considerados como un elemento clave o los que más atraen los reflectores, también deben de ejercer un liderazgo; llegan a ser la cara del equipo para los medios y para la comunidad.

En la defensiva los linieros son el relajo total, el cotorreo, la rudeza en todo su esplendor pues son los primeros en “atacar” cuando se centra el balón y deben de intimidar a toda costa.

Los linebackers llegan a tener una mezcla de contrastes, quizá por ello tienen la capacidad de disparar, de tacklear, interceptar y presionar. Son introvertidos, pero al mismo tiempo se hacen notar. Son serios, concentrados para leer a la ofensiva, pero también bromistas para imponer. Deben ser seguros para liderar a la defensiva y tomar decisiones.

Por último, el perímetro. La unidad que más estrés y frustración posee, pues el error los convierte en el villano, pero también una buena jugada los hace héroe. Son inquietos, extrovertidos y elocuentes ya que deberán encontrar formas creativas de meterse en la cabeza de su rival.

Los pateadores son los más callados, sobre todo por la responsiva que poseen. Los ojos y la presión recaen únicamente en ellos (en teoría).

Es cierto que el deporte te forja un carácter, pero hay un temperamento y una forma de comportarse que, más allá de ser genético o de haberlo adoptado de algún coach o ídolo, se desarrolla de manera natural definiendo y construyendo así la posición ideal de un jugador.

Cabe aclarar que no todos responden de la misma manera, por supuesto hay variantes, pero existen también muestras mínimas que se repiten en cada jugador de una unidad. Difícilmente puedo pensar que es una coincidencia.

La próxima vez que estén cerca de algunos jugadores observen muy bien sus patrones de conducta y sabrán por qué están ahí.

-Con aportaciones de la psicóloga deportiva, especializada en fútbol americano: Margarita Cerviño

Por: Fernanda Mayen

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