Los quarterbacks como los extranjeros (en todas las posiciones) son quienes frecuentemente se llevan los reflectores, sin embargo hay algunos jugadores que han cargado a sus equipos a los hombros como lo ha hecho Majid Esparza en estos tres años con los Reyes; el verdadero underdog de la perla tapatía. 

El #4 de Reyes ha sido una pieza de mucho apoyo en los acarreos jaliscienses, formando una gran mancuerna con Jordon Shippy y desde el 2022 que se creó el equipo, Reyes se estableció como el mejor ataque terrestre de la liga debido a la producción de estos dos corredores de alto potencial. 

Quizá la llegada de Reds opacó un poco la gran cadencia de este conjunto el siguiente año, sin embargo -en lo individual- continuaron haciendo lo suyo y Majid siguió siendo un corredor importante, convirtiéndose en un ejemplo a seguir para todos los jugadores nacionales que se están formando en la perla tapatía. 

Majid es un jugador un tanto introvertido, siempre enfocado en su pasión al football y a su equipo por lo tanto, estar en los reflectores nunca ha sido su deseo, pero sus acarreos, junto con su forma de juego, lo han llevado a poner su nombre en la mesa de conversación, al menos para la LFA. 

Su juego comenzó a los 13 años de edad en Gómez Palacio, Durango y formó parte de Lobos UAD, Vikingos de San Isidro, Borregos Laguna y finalmente llegó a Borregos Guadalajara  donde terminaría su etapa estudiantil.

“Sentía que aún había football en mi y quise probar la oportunidad de ser profesional en México”-comentó sobre su decisión por formar parte de la LFA.

Tras ese gran push y aprendizaje en el 2022, la temporada 2023 ha sido su mejor año donde se notó el crecimiento de este joven jugador, además de haber experimentado el formar parte de la selección centro en el Juego de las estrellas en tierras regias. 

Su segundo año lo terminó con 5 touchdowns y 307 yardas, pero teniendo un más elusivo estilo de juego, además de una mejor toma de decisiones al atacar los huecos. 

Aunque Reyes vivió grandes cambios generales este año, también afectaron en temas ofensivos al cambiar el perfil a un sistema más aéreo con Carlos Rosado en la dirección del equipo.

Lo más valioso fue lo que dejó Esparza en campo. 

A pesar de esas transiciones y lo complejo que se volvió la temporada para Reyes, Majid empezó a ser una válvula de escape vital por ambas vías y en temas terrestres superó las 300 yardas aunque solo pudo cruzar a la zona prometida en dos ocasiones, pero se notaba lo bien que le hacía a la ofensiva cada que Majid tenía la oportunidad de atacar, además que se mantuvo dentro del top 10 en cuanto a producción de yardas, lo cual ha sido un reto cada vez más complicado. 

En general tiene en su historial 890 yardas y 9 touchdown, esperando superar las mil para la siguiente temporada. Es indudable pensar que de las jóvenes generaciones, está dentro de lo más destacado en el backfield.

Para su cuarto año de experiencia podríamos esperar a un Majid con mayor desenvolvimiento, disfrutando de lo vivido, además de seguir haciendo vibrar los campos con sus acarreos.

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