Cuando las circunstancias se prestan para poder cumplir un objetivo se entrega todo a fin de vivir el sueño logrando lo que nunca imaginamos; un escenario así es el que vive hoy el receptor de Galgos, Luis Araujo.

Aunque Araujo forme parte de la primera generación de Tijuana él ya había tenido un acercamiento con un equipo de la LFA en años anteriores, pero antes de entrar a esa etapa conozcamos quién es Luis Araujo y cómo es que llegó a ser el jugador franquicia de Galgos para este 2022.

Araujo creció con una familia que respiraba, comía y vivía del fútbol americano e inclusive menciona que siempre disfrutó mucho ver los partidos junto con sus hermanos, pero a pesar de estar en un ambiente “tochero” Araujo practicó básquetbol y béisbol en su juventud, admitiendo que el deporte formó parte de su estilo de vida desde pequeño.

Como es originario de Tijuana, cruzaba a San Diego para acudir a la escuela y practicar deportes, por ello su primer equipo de americano fueron los Imperial Beach Chiefs, pero también jugó en los Delfines de Playa en Tijuana, creciendo como defensivo en Estados Unidos y jugando a la ofensiva en su ciudad natal.

En el 2003 llegó a Águilas del Instituto México donde empezó a desarrollarse de manera oficial como quarterback y posteriormente pasó a jugar las juveniles en la Autónoma de Nuevo León. El atletismo que poseía y su ADN del fútbol americano, le ayudaron a adaptarse dentro del emparrillado de muchas maneras y poco a poco se fue ganando el reconocimiento de la gente que lo rodeaba.

Cuando llegó a Auténticos Tigres para liga mayor, estuvo de quarterback de segundo equipo, compartiendo campo con Antonio Zamora (quien ahora es head coach del equipo de la UANL). Araujo recuerda que su momento llegó tras una lesión de Zamora en la tercera semana y así fue que tomó la titularidad, llegando a la final donde quedaron subcampeones tras ser derrotados por Borregos Monterrey.

Uno de los momentos que cambió mucho su carrera como jugador fue en su segundo año de liga mayor, donde, debido a su desempeño, lo dejaron como quarterback de primer equipo, pero tras una lesión en el hombro se vio limitado a desarrollarse en esa temporada.

Pese a su lesión, empezó a entrar como receptor para seguir aportando al equipo y para el 2009 vivió lo que es ser campeón después de haber vencido a Pumas CU en casa.

“Yo sabía que estaba desarrollando un mejor papel como receptor y el deseo de no dejar a mis compañeros solos fue lo que me inspiró. Le dediqué mi 100% a jugar y dar lo mejor en ese año a pesar de la lesión”-comentó Araujo.

Una de las ventajas al estar pasando como receptor es que logró establecer mejores metas y objetivos, sacando todo el potencial, sin embargo recuerda lo mucho que extrañaba tener la responsabilidad y de cierta forma cargar al equipo cuando estaba de quarterback.

Después de tomarse un descanso, Araujo regresó al emparrillado en el 2011 para el mundial de Austria y en el 2012 estuvo como coach de la UABC en Tijuana, sin embargo su última aparición -en ese entonces- como jugador sería en el 2013 en los Giants de Valencia cuando se fue a jugar a España un año.

Para Araujo el ser coach ha representado mucho en su vida, el poder impactar e impulsar a los jugadores es una de las cosas que más lo apasionan y fue así que del 2014-2017 permaneció como entrenador.

Cuando la LFA hizo su expansión en el 2017, Araujo sintió que una pequeña parte de él debía vivir el sueño de jugar profesional en su propio país y fue así que llegó a Fundidores para el 2018.

“Quería retirarme habiendo jugado profesional en mi país”- expresó.

Finalmente, con la noticia y llegada de Galgos a Tijuana por supuesto que Araujo no se iba a permitir quedarse con las ganas y perderse la oportunidad de defender los colores, representando a la ciudad en donde él creció.

En estos momentos se encuentra feliz y casi realizado de poder poner su granito de arena para que este equipo se convierta en una plaza que impulse más a los jugadores del estado y que comiencen a ver el potencial que hay en esa zona del país.

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