Es muy frecuente en el fútbol americano (y quizá en todos los deportes) que se haga una suposición primaria cuando vemos el físico de los jugadores, ya que se busca cumplir al menos con la medida promedio, sin embargo hay algunos jugadores que son la excepción, pero el reto se vuelve todavía más grande al tener que romper el paradigma, una historia similar sucede con el linebacker de Fundidores, Itan Salas.

Itan comenzó a jugar a los 4 años de edad en los Potros Anáhuac de Monterrey gracias a que su papá impulsó a sus hijos a practicar deportes.

Desde las infantiles Itan empezó a forjar un carácter pues era chaparrito a comparación de sus demás compañeros, sobre todo  porque los regios siempre se han caracterizado por ser jugadores de gran tamaño, pero siempre tomó el reto para demostrar la calidad de jugador que era en realidad.

Una de las grandes ventajas para Itan en su formación fue el factor de que, además del americano, también le empezó a interesar gran parte del atletismo y desde muy jóven fue que comenzó a correr en pista y a tomar sus entrenamientos como un extra que le ayudó a fortalecerse muscularmente así como mayor agilidad y velocidad en sus movimientos a la hora de jugar. 

Una vez estando en la juvenil, Itán formó parte de los Auténticos Tigres y inclusive comenta que, debido a los juegos amistosos que suelen a hacer los Tigres en Estado Unidos, hubo un momento en el que salió en el periódico un reconocimiento a su talento y potencial con el encabezado “LB All Star comes back to USA”, lo cual representó una de las grandes motivaciones para él. 

Logró el bicampeonato en la intermedia y en liga mayor formó parte de la selección ONEFA, además de vivir el campeonato en el 2015 y aunque pareciera que todo iba “viento en popa” Itán vivió parte de los momentos más difíciles conforme avanzaba su experiencia en liga mayor ya que tuvo la clavícula, la rodilla y la mano lastimada, pero aún así jugó la temporada 2018 donde una vez más los Auténticos quedaron campeones. 

Desafortunadamente el año que le siguió fue muy bajo para Itan, pues estuvo en recuperación, pero gracias a la motivación y escuela de su padre sobre nunca rendirse ante algo que los apasiona continuó preparándose para volver a los emparrillados. 

“Quería demostrarme a mí mismo que yo podía ser el  mejor”-  recuerda Itan- “No sabía cuándo iba a estar bien, pero cuando regresara, lo iban a saber todos; si yo estaba bien iban a saber de mí.”

Fue entonces que en el 2020 tuvo su debut en la LFA con Fundidores, sin embargo en el primer juego de la temporada regular contra Osos vivió un desgarre lo cual marcó una diferencia a todo lo que había pensado, considerando que esa era la señal, indicando que su ciclo en el fútbol americano había llegado a su fin. 

En la pandemia su hermano, Andrew Salas, puso un gimnasio y ahí empezó a entrenar, únicamente con el fin de mantenerse activo, mentalizado a que su siguiente movimiento era oficializar sus actividades  como preparador físico en fuerza y velocidad. 

Posteriormente, los caminos de  la vida lo llevaron a Cancún, donde empezó a desarrollarse en un centro deportivo como entrenador, empujando a los atletas a mejorar su rendimiento deportivo, pero al mismo tiempo, la vida tenía planeado para él su regreso a los emparrillados, fue así que el coach Strevel se lo trajo a Monterrey para una de las temporadas más gloriosas en el reino de fuego. 

“Agradezco a Dios, por las pruebas. Cada cosa que viví en mi vida fue para forjar lo que soy hoy en día. No es casualidad”- expresó 

Su pasión, agresividad, decisión y ambición a tener un juego perfecto lo llevó a desarrollar una temporada con un gran impacto en el campo, pero también en las estadísticas.

Itan terminó la temporada con 4.5 sacks, 20.5 tackleadas y una intercepción; además, tuvo una de las jugadas que sellaron el campeonato del Tazón México V.   

“Para mí ganar el campeonato, realizar la última jugada, fue algo como ‘WOW’, un sueño hecho realidad”- añadió. 

Después de un gran recorrido cierra el 2022 con su primer campeonato en el football profesional, junto con su hermano, en su ciudad y con el deseo de mantener la llama de los Fundidores activa para el 2023.

Itan ha sido uno de los ejemplos más claros de que el tamaño no es tan importante siempre y cuando haya una preparación correcta, una visión y un corazón vibrante.

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