Hay un dicho común que cuando estás destinado a algo, aunque te quites, va a llegar a ti y no sabemos si es el destino mismo el que escribe estas historias que mil veces vale la pena contar. El destino del back defensivo de Galgos, Enrique “Cuack” Altamirano estuvo y está en los emparrillados.
La temporada 2022 de la LFA no solo trajo consigo el regreso del football profesional a México después de la pandemia, sino también trajo a los Galgos de Tijuana como uno de los tres nuevos equipos, lo que nos dio la oportunidad de ver jugar a Altamirano quien terminó como líder en intercepciones en su año debut.
Antes de conocer cómo es que llegó a debutar en el equipo de Tijuana, siendo él de la generación 2019 de liga mayor, conozcamos cuál ha sido su trayectoria hasta este momento.
Altamirano es originario de La Paz, Baja California Sur y desde muy joven tuvo una vida activa en el deporte practicando natación, karate, básquetbol, entre otros; reconociendo que ninguno lo había cautivado como tal, hasta que se encontró con el fútbol americano.
A los 7 años de edad, en un equipo llamado Huracanes Oro comenzó la historia de Altamirano como jugador, participando de receptor y liniero defensivo. Fue hasta que el coach Guillermo Ortalejo (quien actualmente es reconocido como un coach impulsor del fútbol americano en Baja California Sur) lo llamó para formar parte de una selección y participar en la Juvenil C de Conadeip que encontró su posición ideal como safety.
“Jugamos contra equipos como Borregos Monterrey o Borregos Toluca y hacía falta un safety así que me metí a jugar”- recuerda Altamirano- “En cuanto entré, a pesar de haber perdido, me sentí cómodo, logrando enfocarme a ese objetivo más adelante. La intensidad y el feeling que se vive a la defensiva, la presión que tú tienes que parar. El estar alerta…son de las cosas que más me atraparon para empezar a jugar en esa posición.”
Gracias a ese equipo con talento de Baja, los coaches de otros programas empezaron a interesarse en todos esos jóvenes, creando un tryout específicamente para que los entrenadores fueran a conocerlos y por supuesto, Altamirano estuvo ahí.
Él recuerda que gracias a sus partidos y el rendimiento que dio en las pruebas empezaron a darse las invitaciones para participar con programas como la UDLAP y el Tec, lo cual también le cambió el panorama, comenzando a considerar el football como una herramienta para su crecimiento académico.
Con el fin de no repetir materias y terminar la preparatoria, reservó la invitación de Borregos Toluca hasta el 2013, año en el que participó en un tryout y se hizo oficial su estancia; viviendo el primer campeonato del programa en el 2017, el bicampeonato y a su vez, dos campeonatos con la selección mexicana en el Mundial Universitario.
“Aún recuerdo cuando le dije al coach Michel Esquivel que el hecho de quedarme en Borregos Toluca, además del ambiente y la vibra, fue por querer estar en un equipo donde no se tenga nada escrito”- expresó Altamirano.
A pesar de que su historia suene de ensueño, el 2019, su último año de liga mayor, sería uno de los momentos más pesados, pues se vio expuesto a una lesión en la rodilla en la jornada 3, donde, por acompañar a su equipo en el momento complicado que estaban viviendo, no dejó de jugar y entregar su máximo en el campo, lo que lo llevó a someterse a una cirujía e inclusive un implante de ligamento posteriormente, cerrando la oportunidad de participar en la LFA para el 2020.
Altamirano comenta que la LFA sí había estado en sus planes una vez que culminara su elegibilidad, pero la lesión lo hizo, inclusive, hasta despedirse del fútbol americano.
“El football americano y yo ya no éramos amigos en ese entonces”- recuerda.
No solo tuvo que sobrellevar la recuperación de su operación, sino también el tema de la pandemia, lo cual fue aún más pesado para él.
A finales del 2020 el coach Félix Buendía lo invitó a formar parte de Condors (en ese momento) y fue así que estuvo con el equipo hasta Febrero que se anunció la cancelación de la temporada 2021 y con eso se había sellado el final de una era para Altamirano…o eso fue lo que pensó.
“Por el trabajo me tuve que mudar a Tijuana y aunque yo ya no tenía contemplado hacer algo referente al americano me invitaron a jugar tocho y eso me hizo recordar lo mucho que disfruto el football”- comenta- “Posteriormente se creó la plaza en Tijuana y fuí al Tryout para medirme y como me fue bien me convencí a regresar a jugar.”
Como novato no siempre es fácil destacar y mucho menos cuando estás en un equipo nuevo, pero lo que bien se aprende nunca se olvida, sobre todo cuando le dedicas tu máximo esfuerzo como lo hizo Altamirano en esta temporada de la LFA cerrando con 5 intercepciones, 21 tackleadas y 17 asistencias. Líder en intercepciones y muchas emociones de por medio.
“Es un mensaje para seguir compitiendo y se dio el resultado gracias al trabajo que generan mis compañeros”-comenta- Esto también me hace entender que todavía puedo dar más si me preparo mejor. Me voy contento, satisfecho con el resultado y logro personal, pero yo lo que quiero es ganar con mi equipo.”
La temporada para Galgos fue un tanto pesada al irse de su año debut sin haber probado una victoria, sin embargo dejaron un buen sabor de boca en el cierre y por supuesto historias como la de Enrique Altamirano.
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