Cada cierre de temporada también representa la finalización de ciclos o la despedida de varios jugadores, algunos han dejado un gran legado como es el del receptor Josué Martínez quien ha hecho oficial su retiro de los emparrillados lo que nos lleva a hacer un pequeño recorrido de todo lo que logró en esta oportunidad de llevar el football nacional al profesionalismo.

La historia de Josué vale la pena ser 100 veces contada y ni una vez olvidada ya que ha sido uno de los jugadores pioneros en la liga desde su llegada en el 2016 con los Mayas y, si me lo permiten, de los más entregados a lo largo de los años; no solo se le ha reconocido por la cantidad de gente que logra meter a los partidos o la calidad de jugador que es dentro del campo, Josué ha tocado los corazones de muchas personas.

Es su humildad, sencillez, sus 1.85 de altura, también es el hecho que Josué ha logrado ser el primero en varias de las estadísticas lo que lo hacen especial y por mucho que pasen los años nadie le va a poder quitar esas insignias, haciendo inevitable usar su historia como un ejemplo a seguir.

En su primer año, portando los colores de los Mayas, Josué, junto con su equipo, se convirtió en el primer campeón de la LFA en el Tazón México al vencer a Raptors en el Estadio Jesús “Palillo” Martínez. Además de eso, fue nombrado MVP del partido al haber generado dos anotaciones en momentos clave (siendo también el primer MVP de la liga).

El año siguiente no solo Mayas logró una vez más el campeonato al vencer a Dinos en el Tazón México II, Josué tuvo un año de ensueño con 448 yardas y 7 recepciones para touchdown, siendo acreedor al ofensivo del año en la ceremonia que se realizó a principios del 2018.

Para el tercer año de la LFA la competencia continuaba en aumento, así como la integración de los equipos en la liga, sin embargo Josué logró mantenerse dentro de los receptores más destacados al tener 570 yardas y 4 touchdowns, colocándose como el segundo en su posición con más yardas generadas.

A pesar de los conflictos que empezaron a presentarse en Mayas en el tema deportivo, Josué siempre fue líder y parte de la base del equipo, tratando de levantar a sus compañeros lo más alto posible aunque fueron eliminados en la postemporada.

Desafortunadamente para todos los jugadores del “imperio azul” llegaría el momento de pausar al equipo lo que hizo a varios mudarse a otra plaza de la LFA, llevando a Josué (junto con su hermano) al equipo de Condors en el 2020 donde, a pesar de la gran competencia, su experiencia le dio la oportunidad de anotar dos touchdowns para finalizar la temporada de 5 jornadas con 123 yardas.

En este 2022 muchos conocemos la historia, aquella donde Condors pasó a vestirse de azul y negro para ser anfitriones en Querétaro y posteriormente prrsentar el debut de Gallos Negros, en Tijuana, como si fuera poco, Josué ahora tiene registrado en sus estadísticas su primer pase de anotación y después de una pesada campaña llegó al Tazón México V, lo que fue su tercer Tazón México, escenario que no todos han podido conseguir.

Haciendo un resumen, su trayectoria culmina con 1,615 yardas, 17 touchdowns, 1 pase de anotación, 3 Tazones México disputados, 2 campeonatos, 1 MVP y el Ofensivo del año 2017, pero más allá de los números, Josué Martinez ha representado lo que toda liga y equipo desea tener en sus rosters, un hombre comprometido, con la camiseta puesta, alguien apasionado, soñador, que al igual que muchos otros creen en este proyecto.

Josué no puso un granito de arena en la LFA, él ha dejado un desierto y aunque ya ha dicho adiós al casco y las hombreras sabemos que seguiremos viendo al receptor #81 en las gradas o en el campo apoyando con la sonrisa y el corazón que siempre lo han caracterizado.

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