Los cambios no son sencillos. Salirse de la “zona de confort” es una de las tareas más complicadas para crecer, pero una vez mentalizado, se logran grandes cosas a base de paciencia, disciplina y constancia.

El receptor Aldo Narváez (número 11) llegó a Pioneros en 2020, tras una temporada de novato en el equipo de Mexicas en 2019 y, conforme han pasado los meses, el receptor ha logrado adquirir una madurez que, seguramente, lo llevará a grandes momentos en un futuro.

Una de las cualidades de este joven receptor su exigencia y será cuestión de tiempo para que Narváez logre jugadas que puedan cambiar el rumbo de un partido. 

El reto para el receptor no concluyó una vez terminado su año de novato en la liga; más bien aumentó al empezar su vida en otro estado, cuando llegó a Pioneros, alejándose un poco de su familia y la mayoría de sus amigos. 

“Por el tema del trabajo, fue que tomé la decisión del cambio y aproveché la oportunidad de hacer lo mismo que estaba haciendo, sin dejar a un lado el fútbol americano.” -comentó Narváez- “Lo más difícil ha sido la mudanza, el acostumbrarme a una zona que es distinta a la ciudad, pero me recibieron muy bien.”

Dada la incorporación a un equipo nuevo, equipo que a la vez fue novato en la liga, lo dejó con un expediente no muy abultado. Sin embargo, en los últimos encuentros su presencia fue notoria. En esta temporada acumuló 55 yardas aéreas en 4 recepciones.

“Me sentí un poco novato por todos estos cambios y nos costó trabajo encontrar un equilibrio” -comentó- “Me gustaría destacar el siguiente año y, definitivamente, que creciera mucho más el nivel en la ciudad de Querétaro.”

Narváez continúa preparándose para seguir aportando a su equipo y volverse, en consecuencia, un elemento clave de la ofensiva queretana.

Por: Fernanda Mayen

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