Siendo el segundo de tres hombres, hijo de Dora y Ezequiel Cavazos, Eduardo llegó a Saltillo para reforzar la defensa de los Dinos. Éste regio de 31 años a pesar de ser un miembro fundamental en el equipo jurásico, tiene una vida totalmente distinta de la que se podría pensar de un jugador profesional […]
Siendo el segundo de tres hombres, hijo de Dora y Ezequiel Cavazos, Eduardo llegó a Saltillo para reforzar la defensa de los Dinos. Éste regio de 31 años a pesar de ser un miembro fundamental en el equipo jurásico, tiene una vida totalmente distinta de la que se podría pensar de un jugador profesional de Football Americano.
Veterinario de profesión, la mayor pasión de Cavazos son los caballos.
Desde pequeño demostró tener una conexión especial con ellos, dándosele de manera natural el adiestramiento de los equinos, así que siguiendo el ejemplo de su padre Ezequiel, aprendió de ellos y de su cuidado.
Con el paso del tiempo terminando la preparatoria tomó la decisión de entrar a la Facultad de Medicina Veterinaria en la UANL, donde además de desarrollar los conocimientos de una de sus pasiones, jugaría para los Auténticos Tigres con el número #21, número que lo acompaña desde la preparatoria muy especialmente.
Nunca descuidó los estudios y siempre recibió el apoyo de su familia para realizar sus actividades
“Tal vez no era el mejor, siempre le eché ganas… yo sabía que los estudios eran lo principal”
Al finalizar sus estudios Ávila, partió a la localidad de Palmira ubicada dentro del estado de Veracruz por una oferta de trabajo que no rechazaría. Exactamente ubicados dentro de un hotel, fundó un Centro Ecuestre en donde se dan servicios de adiestramiento a equinos, pensión, psicólogo, etc; un servicio completo para sus animales favoritos, los caballos; aunque como buen veterinario nunca descuidó a demás especies que llegaban con la certeza del mejor servicio.
En su estancia de dos años y medio como cabeza del proyecto, Cavazos nos comenta que tuvo altas y bajas como cualquier negocio pero nunca dejo que eso lo desanimara, invariablemente encontrar la solución con actitud positiva siempre ha sido lo principal a cada problema
“Sé que si algo termina es porque debe venir algo mejor…”
Amante de los animales, apasionado de los equinos, deportista nato, Eduardo también gusta de los tatuajes con los que expresa lo que és, como se ve y cuáles son sus pasiones. Uno de ellos es un centauro, figura al cual le tiene mucho cariño pues se siente identificado; mitad hombre mitad caballo es como él se representó, lo tiene tatuado ya hace tiempo pero con un toque especial que nadie más tendría, su rostro mismo.
El número #12 de los Dinos nos deja con un buen sabor de boca al saber que su vida está llena de logros y metas cumplidas, de objetivos por realizar y una fortaleza enorme que le permite seguir adelante.
Fortaleza jurásica
Desde que llegó al equipo local se ha relacionado bien con sus compañeros forjando lazos,
“El americano lo que más deja son amigos… y yo ahorita, meto las manos al fuego por el que sea”
Sus grandes lazos y su entrega total han hecho que tenga uno de los mejores desempeños como Safety en la LFA, apoyando a sus compañeros y dándolo todo en el campo de juego.
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