Ciudad de México. La voluntad, la motivación de la familia y la pasión por el deporte son elementos que jamás deben ser subestimados al momento de superar toda clase de adversidades y salir avante de lesiones que pueden poner en riesgo una carrera deportiva y hasta la integridad física. La posición de liniero ofensivo es […]
Ciudad de México. La voluntad, la motivación de la familia y la pasión por el deporte son elementos que jamás deben ser subestimados al momento de superar toda clase de adversidades y salir avante de lesiones que pueden poner en riesgo una carrera deportiva y hasta la integridad física.
La posición de liniero ofensivo es una de las más arriesgadas en el deporte de las tacleadas, ya que los jugadores están expuestos al golpe directo, a la corpulencia y a la fuerza de los que se involucran en un choque de líneas, siendo las lesiones en rodillas y tobillos las más frecuentes en este sector.
Mariano Vargas, tacle ofensivo de Mayas, es el ejemplo de un atleta con habilidades físicas óptimas gracias al duro trabajo, así como una sólida mentalidad impulsada por los factores anteriormente mencionados, ya que, para esta tercera temporada está de vuelta en el campo de entrenamiento tras sufrir una grave lesión en la rodilla que lo dejó fuera de la campaña 2017 desde el primer partido contra Eagles (hoy Mexicas)
“Casi por terminar el juego me cayó sobre la rodilla interna el centro junto con el tacle nariz, resultando en una ruptura de los dos meniscos, la rótula y una distensión de ligamentos”, recordó Mariano sobre la lesión que lo mantuvo en las gradas mientras su equipo se enfilaba hacia el bicampeonato de la LFA.
Frente a este accidente, el panorama que rondaba el futuro de Mariano en el deporte era de total duda e inseguridad. Debido a la gravedad de su lesión, las posibilidades de terminar su carrera como jugador de futbol americano y como atleta en general eran muy altas.
“Había mucha incertidumbre -menciona-, primero por cómo iba a quedar físicamente de la rodilla; por otra parte, si iba a poder regresar a jugar o seguir haciendo deporte, ya que también me gusta correr y hacer maratones. Eso también me tenía muy preocupado. También en el plano laboral, porque fueron tres meses que estuve prácticamente de incapacidad y uno sin caminar, con muletas prácticamente y sin poder apoyar”, platicó el ofensivo de 32 años, añadiendo que su lesión le propinó un golpe anímico en cuestiones familiares.
Durante el tiempo de la lesión y rehabilitación, Mariano y su esposa estaban a la espera de su hijo y, debido a su recuperación, se perdió algunos momentos de ese suceso. Así lo recuerda el veterano de Mayas, quien inició su carrera con los Vietnamitas de Prepa 9, pasando por los Seminoles de Acueducto y los Frailes del Tepeyac en Juvenil, siendo becado posteriormente para jugar Intermedia y Liga Mayor con los Borregos del Tec Toluca y Tec CEM.
“Estaba esperando bebé, mi esposa estaba embarazada en ese momento y justo cuando empezaba la etapa del crecimiento del bebé fue cuando ocurrió la lesión. Emocionalmente me pegó porque me hubiera gustado estar más tiempo con mi esposa y, por otra parte, me perdí la temporada. Yo estuve casi en todos los juegos y sí fue algo triste y frustrante ver los partidos desde afuera y en muletas”.
Preparando el regreso a la orilla del retiro
Con este cúmulo de situaciones derivadas de su accidente y con cierto temor respecto a su bienestar físico, Mariano llegó a considerar la idea de retirarse de los emparrillados, fue por ello que, al inicio de los campos de entrenamiento para este año, Vargas Ríos había decidido no volver para no exponer su salud; sin embargo, tras una segunda valoración médica, su rodilla estaba casi totalmente restaurada gracias a su trabajo de rehabilitación, el cual nos explica.
“Por una parte tuve sesiones con terapeutas que duraron los primeros dos meses, pero también me ayudó mucho el trabajo que hice en el gimnasio desde que sucedió la lesión. Hasta hoy sigo fortaleciendo los músculos, que es lo más importante. La rodilla está bien, pero la masa muscular se perdió, por eso la sigo fortificando con trabajo de piernas para tener más soporte en las dos rodillas”.
El plano físico ya estaba resuelto, pero levantarse de un bache moral no es tan fácil en ocasiones, no obstante, la motivación de Mariano fue mayor a todo. Su familia como principal estandarte, y el orgullo y pasión que envuelven a un jugador de futbol americano fueron más que suficientes para volver a equiparse y seguir buscando triunfos con el Imperio Azul.
“Mi motivación viene de dos cosas importantes. La primera de ellas es el nacimiento de mi hijo. Él está chico todavía, pero es algo importante para mí verlo en las tribunas junto con mi esposa. La segunda es que yo he jugado toda mi vida y no quería que la última jugada de mi carrera fuera lastimándome, entonces fue como una revancha o una segunda oportunidad y por eso fue que decidí regresar”.
De esta manera, un renovado Mariano Vargas se ha reincorporado a la línea ofensiva del Imperio Azul, la cual es conocida por su unidad y solidez entre sus integrantes. Siendo pieza importante de este sector, tiene buenas expectativas de lo que pueda suceder con ellos en la temporada gracias al conjunto de veteranos como Julio Nava, Jonathan Segura o Agustín Medina; y con la aportación de novatos como Gildardo Torres, primera selección del Draft 2018.
“Veo a un equipo cada vez más completo, con mejores jugadores. La gente nueva que va llegando es un gran apoyo que marcará diferencia al final, y los veteranos cada vez estamos más preparados. Veo al equipo muy rápido y creo que tenemos un compromiso bien fuerte porque no por el hecho de que tengamos dos campeonatos significa que este lo vaya a ser de nuevo”, dijo Mariano, quien estando al borde del retiro, hoy está más que listo para encarar el tercer año de la LFA, además de tener a una bella familia y ser un exitoso profesionista con carrera de Administración Financiera dedicado a manejar su propia empresa de logística y transporte.
Por. Arturo Velaztegui
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