Ciudad de México. La temporada 2017 de la LFA fue casi soñada para Mayas. Tras un único descalabro en la primera semana, los muchachos de Ernesto Alfaro no volvieron a sufrir una derrota en todo el torneo hasta lograr el bicampeonato de la naciente liga. El juego ofensivo del Imperio Azul lució dominante cada domingo, […]
Ciudad de México. La temporada 2017 de la LFA fue casi soñada para Mayas. Tras un único descalabro en la primera semana, los muchachos de Ernesto Alfaro no volvieron a sufrir una derrota en todo el torneo hasta lograr el bicampeonato de la naciente liga.
El juego ofensivo del Imperio Azul lució dominante cada domingo, y la defensiva conseguía jugadas grandes en el momento necesario; sin embargo, durante la competencia, un sector de esta unidad no lució de la misma manera que el resto y, aunque consiguieron jugadas importantes, como intercepciones o detenciones en terceras oportunidades durante juegos cruciales, el perímetro blanquiazul fue objeto de movimientos del rival que pudieron resultar en derrotas para Mayas.
Frente a esta situación, los jugadores de este sector han asumido el compromiso de mejorar lo realizado en la campaña pasada. Uno de ellos es el esquinero Ricardo Espinoza, quien llegó a la LFA en la temporada 2017 para apuntalar el sector.
“La liga va progresando y, como todo, tiene que ir evolucionando en cada una de sus partes. La verdad sí tenemos que prepararnos mejor y es lo que hemos estado haciendo para desempeñar otro papel esta temporada”, opinó el joven egresado del equipo de Pumas CU, añadiendo que el trabajo realizado entre una temporada y otra es fundamental para el rendimiento máximo rumbo al torneo que iniciará en febrero del 2018.
“Por mi parte he hecho lo que me corresponde y confío en que mis compañeros hagan lo mismo para estar presentes en cada jugada con velocidad, fuerza y técnica”, dijo.
Otro de los jugadores que se mostró crítico ante lo vivido por su sector es José Garatachea, safety que también vistió los colores de Pumas CU, pero ya tiene la experiencia de los dos campeonatos de la LFA con Mayas y ha vivido directamente los altibajos de su posición.
“Tuvimos situaciones que no nos hicieron ver muy bien. En la temporada hubo jugadas grandes que hicieron complicados algunos partidos. Las jugadas grandes son las que nos pegan a nosotros como profundos y son las que hacen ver débil a la defensiva sin considerar que en ocasiones son jugadas fortuitas donde el defensivo se puede tropezar o puede haber alguna confusión en la cobertura, esto provoca que el ofensivo suba un balón más de 30 yardas”, dijo el profundo.
Puntos para mejorar
Hay diversos factores en los que ambos jugadores están de acuerdo al momento de definir las áreas de oportunidades para fortalecer el sector de esquineros y safeties del Imperio Azul, y la comunicación y la confianza son dos de los primordiales para los defensivos.
“Yo creo que la posición de profundo es una donde siempre tienes que estar comunicado con tus safeties y tus corners de cada lado; yo pienso que es importante que todos nos acoplemos y que exista una buena comunicación, y ya sobre eso vamos a progresar todos juntos”, comentó Espinoza Razo; mientras que Garatachea, conocido también como ‘Wakko’, comentó que en esta etapa de la offseason, en la que entrenadores y directivos están seleccionando a los mejores elementos rumbo a la patada inicial, el apoyo y seguridad que se le pueda dar al compañero es básica para tener una mejor fluidez dentro del terreno de juego.
“Como jugador uno trata de apoyar a los compañeros y darles confianza para que exista armonía y entendimiento como comunidad y dentro del campo podamos evitar todo tipo de errores y así buscar la jugada grande”.
Velocidad y coraje, los elementos de un profundo
Si algo es seguro es que las posiciones de perímetro no son nada sencillas; en muchas ocasiones los defensivos están en desventaja física ante receptores o corredores; no obstante, utilizan el factor de la velocidad como su mejor carta y como una de las habilidades que nunca debe faltar en un esquinero o un safety.
“Creo que el éxito de un profundo se basa en la velocidad. Si eres más rápido que el receptor, jamás te va a llevar y siempre vas estar en la jugada, lo mismo sucede para bajar a taclear, si bajas rápido, el oponente no va a tener todo el campo”.
Sumado a la velocidad, hay un factor que hace destacar a un defensivo profundo y que no se practica ni se desarrolla en ningún gimnasio, y es el coraje. Siendo el último recurso de la defensa para evitar una anotación o un avance significativo del rival, los miembros del perímetro deben tener una fuerza especial y diferente para ponerse de frente con cualquier ofensivo, así opinó José Garatachea.
“Yo creo que sí tienes que ser un poquito bragado para soportar corredores que a veces te llevan más de 20 kilos encima o a receptores que vienen de un arranque frontal y donde tú estás realizando un cambio de dirección. Tienes que ser aguerrido y ponerte bien los pantaloncitos para jugar este deporte y esta posición que te exige estas situaciones enfrentando jugadores que te doblan la talla o que en cierto momento tienen ventaja con relación a la posición de campo”, finalizó.
Con el draft en puerta, el Imperio Azul buscará elementos del perímetro que entiendan y compartan la filosofía de los jugadores más experimentados, con el objetivo de formar un bastión impenetrable para el ataque rival.
Por. Arturo Velaztegui
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