La mañana de este 4 de mayo, uno de los personajes más destacados del fútbol americano falleció a los 90 años. Sería poco lo que se puede expresar de lo que Don Shula hizo por el fútbol americano.

Existen personalidades que, con resultados, van construyendo legados dentro de lo que desempeñan a lo largo de su vida. Él fue uno de los que hicieron que la historia de este deporte sea más rica e interesante.

Independientemente de sus campeonatos conseguidos, su labor como coach es lo que más ha trascendido. Su particular filosofía ha sido un ejemplo para quienes han hecho de este deporte su forma de vida. No obstante, él vinculó el desempeño como entrenador con la actividad empresarial, entre otras, y cómo debe ser un líder.

Esa particular perspectiva de las actividades profesionales ha sido explotada por muchas personas que no se dedican al deporte, pero los lineamientos que Shula estructuró, han sido directrices para el éxito.

No es casualidad que su forma de percibir cualquier profesión sea adoptada para muchas más actividades. Una de las virtudes que siempre destacó y exigió a la gente fue la honestidad.

I don’t know how to play games with people. My feelings are on my sleeve. When I’m happy, I’m happy. When I’m upset, I’m upset. I’m honest and straight with my people and I want them to be honest and straight with me. (Everyone’s a coach, p. 155)

“No sé cómo jugar con la gente. Mis sentimientos están en mi manga. Cuando soy feliz, soy feliz. Cuando estoy molesto, estoy molesto. Soy honesto y directo con mi gente y quiero que sean honestos y directos conmigo.”

La sencillez y exigencia de su trabajo ha sido atesorada por quienes la han compartido en otros ámbitos y es ese legado lo que lo convirtió en una ‘piedra angular’ de tan maravilloso deporte y para los coaches que desean trascender en tan apasionante labor.

Por: Cinthya García Guerrero

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