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Sin ahondar en los inicios del fútbol americano (aunque que solo para dar un preámbulo) este deporte comenzó a practicarse en Estados Unidos en 1869 por universitarios que hicieron una mezcla entre el rugby y el fútbol.

La reglamentación inicial se consiguió en 1880 concebida por Walter Camp, considerado el padre del fútbol americano.

Fue en 1896, en Xalapa, Veracruz, cuando marinos estadounidenses y un grupo de jóvenes amigos de Raúl Dehesa (hijo del entonces gobernador del estado de Veracruz, Teodoro A. Dehesa Méndez) se enfrentaron en el conocido “primer partido de fútbol americano en México”. Para 1929, se inauguró el parque Venustiano Carranza con un juego de “corte internacional” entre el equipo representativo de Mississippi College y el de la Universidad Nacional. De este último, se reconocen como pioneros de este deporte a los hermanos Alejandro y Leopoldo Noriega.

La popularidad del “nuevo” deporte se esparció por algunos lugares del país, siendo la Ciudad de México una de las más “contagiadas”. Así pues, equipos de barrio como Olimpia, Versalles, Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) y San Pedro de los Pinos, encontraron la actividad deportiva que se puso “de moda”.

La difusión de este deporte amateur comenzó con las crónicas publicadas por los medios de esa época, pero fue el 17 de octubre de 1936 cuando se “sembró” la semilla en el primer partido entre Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional y Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Dicho encuentro favoreció a los politécnicos quienes superaron 6 a 0 a los universitarios.
De esa “siembra” se cosechó el arraigo de este deporte y la pasión que ha generado desde ese entonces.

La proliferación de equipos ha sido vasta desde ese entonces. Clubes e instituciones educativas han encontrado en dicha disciplina una medida efectiva para la formación integral de quienes la practican.

El fútbol americano profesional ha sido el sueño de quienes están interesados en él y hubo varios intentos por materializar dicho deseo. Bajo este esquema, se crearon categorías posteriores a la colegial, pero no fructificaron.

De tal suerte que en 2016 inició la Liga de Futbol Americano Profesional, donde el talento surgido de la liga mayor (colegial) encontró el nicho adecuado para potencializar el deporte para regocijo de la enorme afición que se ha mantenido vigente desde hace más de un siglo.

Por: Cinthya García Guerrero

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