Nadie puede negarse a su destino; tal vez atrasarlo, pero al final se termina llegando a él. Eso fue lo que sucedió con Luis David Martínez, quien estaba destinado a jugar fútbol americano.
A pesar de tener a su hermano mayor (Josué Martínez) jugando fútbol americano en Pieles Rojas, Luis David estaba entrenando fútbol, con la idea de proyectarse en esa disciplina.
“Yo estaba muy enfocado al fútbol y llegaron algunas visorias de la escuela de Pachuca, pero el día que tenía que hacer mis pruebas fue el mismo día para presentar mi examen de la vocacional, entonces decidí ir a la escuela” -comentó Luis.
Así fue como entró a la Vocacional 10 e, impulsado por su hermano, se metió a jugar en Osos Blancos a los 15 años para iniciar su historia en el deporte de las tackleadas.
Después de Osos Blancos jugó su primera intermedia en Pieles Rojas, que para el año siguiente cambiaría de nombre a Burros Blancos donde, posteriormente, jugó liga mayor hasta 2018 cuando cerca de lograr el campeonato contra Auténticos Tigres en el estadio Gaspar Mass.
Vivió grandes momentos en su etapa colegial. Entre ellos, su año de novato compartido con su hermano mayor; su último año lo compartió con su hermano menor y es de los receptores más destacados del IPN.
Se ganó el cariño y respeto de los jugadores de las jóvenes generaciones e, inclusive, lo apodaron “el cazador” por su celebración después de cada touchdown en donde lanza una flecha al cielo como tributo a sus abuelos.
Luis expresa que desde antes de terminar su ciclo en Burros Blancos ya tenía la idea de jugar en la LFA, pues vivió la trayectoria de su hermano en Mayas y, por supuesto, tenía el deseo de poder jugar nuevamente con él.
“La verdad es que verlo triunfar con Mayas fue una especie de revancha porque a pesar de tener buenas temporadas nunca tuvo los reflectores y eso lo dejó ‘medio abajo’; pero en la LFA empezó a lucir y tener éxito. Yo sabía que tenía que volver a jugar con mi hermano”, finalizó.
En 2019 fue incorporado a Mayas, año que el equipo tuvo una caída importante en consistencia, pero Luis expresó que él también sintió que no se preparó lo suficiente. Por ello, en el momento que terminó la temporada, se puso a entrenar para regresar más fuerte.
Debido a la pausa de Mayas en 2020, llegó a Condors. A pesar de ser un equipo diferente. no cambió sus objetivos y terminó esta corta temporada como el segundo mejor en yardas aéreas (360), 3 touchdowns y el receptor más buscado por su quarterback Diego Pérez.
“Me quedé con la espinita de la temporada pasada de poder dar mi máximo. Cuando me dicen que iba a vestirme de Condors, el objetivo no cambió, pero sí me motivó formar parte del equipo campeón y la competencia interna en mi unidad.”
Actualmente continúa preparándose y con un mayor incentivo pues las ganas de obtener el campeonato están más latentes que nunca.
Por: Fernanda Mayen
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