La versatilidad es una virtud, pero también algo que debe de desarrollar el jugador y aunque se vea sencillo de lograr no todos pueden destacar en más de una función; Bruno Quijano es alguien que sobresale en más de un rubro, pero también existe una razón. 

Cuando ves a Bruno Quijano en el campo, normalmente lo ubicas en primera instancia en equipos especiales regresando el balón, siempre a máxima y con varios cortes que rompe caderas contrarias, pero también cuando ves a Bruno Quijano en el campo lo ves como un receptor destacado, rápido, con buenas manos. 

Sin embargo, también cuando ves a Bruno Quijano en el campo, lo puedes ver en algunas jugadas especiales conectando pases como quarterback. Un verdadero jugador completo.

Aunque existe otro plano en donde a su vez se podría ver a Bruno Quijano desarrollar un rol en campo, pero en la defensiva lo cual explota la cabeza de todo aquel que escucha su historia. 

Su papá, su tío y toda su familia se ha involucrado en el fútbol americano toda sus vidas lo que llevó a Quijano a familiarizarse con este deporte y él recuerda que la confirmación de querer jugar llegó cuando los jugadores del Tepeyac (donde él estudiaba en ese entonces) lo invitaron a un partido de Liga Mayor, ahí fue donde se enamoró de verdad del juego y la esencia misma. 

Como en cada baby-infantil, Quijano pasó de todo, pero poco a poco fue encontrando sus habilidades en el emparrillado y se desarrolló principalmente de quarterback, pero debido a su estatura lo rotaron también de receptor, posición que se le dio de manera natural. 

Posteriormente, encontró la posición de sus amores: ser corner. 

“Cuando eres quarterback tienes el balón todo el tiempo, cuando eres receptor tienes tus oportunidades de interactuar, pero ser corner estás en la acción. Siempre me gustó mucho”-expresó Quijano. 

Quijano ya se había visto de corner hasta que le pidieron que pasara de receptor y como fue algo que siempre se le dio, no tuvo conflicto al respecto aunque sí empezó a echar de menos la posición.

Este enérgico jugador tiene como esencia aportar lo más que pueda al equipo, la cualidad ser curioso y siempre estar aprendiendo nuevas cosas, aspectos que lo han llevado a ser un todólogo con especialidad en la ofensiva. 

Hasta la fecha, Quijano sigue buscando algunas oportunidades de pasar como defensivo, pues aunque lleva toda su elegibilidad de mayor y desde la intermedia como receptor, siempre estará en su cosquilla ser el que contenga a su posición señalado como el corner que nunca fue.

Por supuesto no le quita ni la pasión, ni la intensidad, ni el disfrute con el que juega cada partido y eso es algo que se ve reflejado en su rostro y en la forma en cómo se desempeña en campo siendo un verdadero problema para las defensivas contrarias, llegando a cerrar este año su ciclo de elegibilidad. 

De Politos a Bucaneros, de Frailes a Cheyennes y desde el 2022 en Pumas Acatlán así fue el recorrido de su desarrollo; también vivió la selección de la U-16 y la del Tazón Azteca.

Otro de sus logros que están en su CV deportivo es el haber formado parte de dos selecciones para los torneos mundiales del flag en los World Games del 2022 y el mundial de Finlandia 2024 destacándose como centro, receptor y quarterback. Lo normal. 

“Algo que he aprendido de todas estas experiencias y que estoy aplicando mucho en este último año de liga mayor es la parte de la fortaleza mental. El rol que estoy tomando como senior me hace dar cuenta de eso junto con el tema de la preparación y la disciplina.”

Tener un jugador así de proactivo y con muchas habilidades, además de una bondad en su corazón es un gane total para cualquier equipo y para la LFA, siendo un escenario donde también se requiere jugadores que tengan esa adaptabilidad y explosividad, sin duda llamará la atención a más de una franquicia, pues es un must garantizado. 

No nos queda más que disfrutar de su último año de elegibilidad y ver qué es lo que le depara el camino del football.

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