Cuando estás destinado a pertenecer en algún lugar dicen que, aunque te quites, la vida siempre te va traer de vuelta y eso es algo que le pasó al joven Iván Gleason quien después de haber anhelado tanto regresar a jugar a Chihuahua, la vida y Caudillos lo volvieron una realidad.
Tras la primera semana de actividades en la LFA, el primer pick de Caudillos del Draft 2023, portando el #91 en el roster, tuvo un gran debut abriendo como titular en la línea defensiva, pero también logrando aparecer en las estadísticas con dos capturas al quarterback y una gran presión a la ofensiva de Jefes en Ciudad Juárez.
Por ello, es momento contar su historia, para conocer cómo al final todos los caminos lo llevaron a Chihuahua.
Gleason conectó con el football desde muy joven por parte de un primo y de inmediato se mostró muy interesado en el deporte, sobretodo algo que recuerda que le llamó la atención en primera instancia fueron los cascos de los jugadores.
El joven caudillo, antes de empezar a jugar americano, se desarrolló en el fútbol soccer, pero debido a que no era suficiente para enfocar toda su energía fue que decidieron llevarlo al mundo de las tacleadas, donde a los 13 años arrancó su trayectoria como jugador en los Redskins de Lomas Verdes.
En sus comienzos le fascinó el contacto y jugaba como corredor, pero siempre tuvo más aptitudes para ser liniero defensivo, sin embargo acarrear el balón era algo que le interesaba todavía más.
“Cuando me incliné más a la defensiva fue porque recibí un contacto muy fuerte y decidí que quería ser yo quien diera los contactos, mejor”- recordó Gleason y fue así que aceptó seguir lo que su propia naturaleza le estaba comunicando para quedarse al frente defensivo.
“La primera vez que agarré un quarterback yo no sabía que estaba pasando”- recuerda- “Es la posición que mejor define el football americano, porque es el jugador que todo el tiempo está en contacto. Me gusta porque tiene que ser agresivo e inteligente.”
El equipo de Burros Blancos fue uno de los programas que mayor interés mostró por reclutar a Gleason y por ende formó parte de este equipo del IPN para jugar la categoría juvenil.
En el transcurso de su desarrollo llegó la convocatoria para formar parte de la selección mexicana en la U-19 en el 2015, lo cual lo motivó para entrenar con la categoría de Liga Mayor, pues sabía que necesitaba retarse con jugadores de mayor nivel para poder formar pate de la selección mexicana.
“Cuando llegué a mayor a los 17 años me enamoré del nivel”- expresó- “Es por eso que también me subí desde muy joven y la verdad es que no me arrepiento de nada.”
Después del éxito que tuvo en la selección, Gleason empezó a ser llamado por muchos programas, uno de ellos eran las Águilas UACH, al cual no pensó dos veces y se fue a Chihuahua.
“Siempre los equipos del norte me han llamado la atención, porque siento son otro rollo”- añadió.
Aunque todo pintaba miel sobre hojuelas, la vida no se portó tan amigable ya que su papá tuvo un problema de salud y aunque su familia estaba al pendiente, él sintió que tenía que estar presente con ellos así que tuvo que regresarse a la Ciudad de México, volviendo al guinda de Burros Blancos, donde el destino le tenía un reto mayor.
Una fractura de brazo lo dejó fuera una temporada y finalmente optó por cambiar los aires llegando a Linces México en el 2017, aunque su deseo por jugar en el norte nunca desistió.
El sabor del fútbol americano se tornó un poco amargo para él, perdiendo la chispa, pero aún siendo un lugar confortante que lo retaba a seguir adelante.
Después de la pandemia, Gleason tuvo un último cambio, llegando a Pumas Acatlán donde culminaría su elegibilidad en el 2022.
“El football americano me ha salvado de muchas cosas negativas, yo no puedo decir que no le debo nada, al contrario me ha dado muchas bendiciones.”- comentó, siendo una de las razones por las que se declaró elegible al Draft.
El destino lo recompensó siendo el primer pick de Caudillos, otorgándole la oportunidad de volver a Chihuahua y jugar con elementos como Máximo González, a quién conoce y admira desde que llegó a la UACH en su primer intento.
“Yo pensé que nunca se me iban a volver a abrir las puertas acá”- expresó- “Volví a sentir el football como hace muchos años no lo sentía. La idea de competir contra mis ídolos y empezar de cero en Chihuahua, haciendo las cosas bien, es algo que me motiva a dar mi máximo.”
Para Gleason volver a Chihuahua le generó una sensación muy peculiar pues confirmó que nunca debió de haberse ido, pero definitivamente en su destino estaba volver.
“Vengo de equipo perdedor, de no haber jugador playoffs y son cosas que no quiero olvidar, porque no quiero volver a vivir.”- comentó – “He convivido con gente de mucha trayectoria aquí en Caudillos y eso me motiva para cambiar mi destino. No es por ser romántico , pero lo siento diferente. Es nuevo comienzo.”
Sin miedo a tener la ambición de ser el novato defensivo de la temporada, Gleason buscará entregarle todo a Caudillos y acompañar al equipo en esta travesía que arrancó de manera positiva para el equipo de Chihuahua
¿Qué le deparará el destino a este liniero defensivo?
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