“El que es perico, donde quiera es verde” un refrán popular que se refiere a quien es bueno o tiene ciertas habilidades, aún cambiando de atmósfera logrará hacer las cosas y hemos sido testigos de este caso con Esteban Solares, aunque su dominio ha sido muy particular, así como su historia.
Para muchos el deporte es la salvación en sus vidas y para varios padres, la mejor manera de calmar la hiperactividad, razón por la cual Solares comenzó a practicar múltiples disciplinas hasta que a los 8 años de edad encontró el football americano en los Cowboys México para volverlo su deporte.
Como es habitual, Solares inició jugando de otras posiciones, sin embargo él sintió que su destino estaba para ser corner, posición que estuvo desarrollando varios años inclusive cuando llegó a Linces México en sus infantiles, pero un coach le vió más potencial en otra área de la defensiva.
Previo a ese cambio, Solares decidió enfocarse en la parte de la preparación física, aspecto que ha ido perfeccionando desde muy joven y el cual encontró como una de las bases importantes para un desarrollo efectivo en la competencia, pero esta implementación lo llevó también a moverse de posición, encontrando lo que realmente estaba destinado a ser: linebacker.
Quizá en su momento Solares Solares era un nombre cualquiera aunque ya empezaba a generar un eco dentro del campo pues su instinto, habilidad, rapidez y consistencia empezaron a ser una constante cada que el #9 estaba dentro del campo.
Otro momento que marcó su camino fue que más adelante, se encontró en un loop de escenarios que lo llevaron a migrar a otro programa de fútbol americano sin saber realmente a dónde, pero sintió que no veía un futuro en UVM.
Debido a la relación que había tenido con algunos coaches de Pumas CU pensó que sería buena idea colocarse en el Pedregal, sin haber medido la dimensión que representaba estar en el equipo de “la universidad”.
“No conocía a nadie de los Pumas, pero ves los juegos, los clásicos, la final del 2017 con el touchdown de Ricardo Sainz fue ahí que me di cuenta de todo lo que representa (los Pumas en el football nacional)”-expresó Solares.
Fue entonces que para su última juvenil y principios de intermedia empezó a defender los colores azul y oro; aspectos que le cambiaron la vida en más de una manera.
Logró levantar un campeonato en juvenil con Tigres, formó parte del Americas Bowl donde terminó como MVP hecho que generó que todos lo voltearan a ver y las ofertas empezaron a llegar, pero el amor a los Pumas ya estaba marcado en su corazón, mucho antes que el ritual de la “P” en su pecho.
“Yo no tenía un nombre que representara algo en la historia del football. Llegar de la nada y que reconozcan el esfuerzo de tu trabajo se sintió padre”-añadió.
Posteriormente, llegó a la selección U-19 que se jugó en el Estadio Olímpico Universitario, teniendo también actuaciones destacables tan así que se motivó a aceptar la invitación a adelantar su proceso en liga mayor ya que Solares lo vio como una gran oportunidad de elevar el grado de dificultad en el reto.
Para sorpresa de nadie, Solares tuvo un gran debut, eliminando las dudas ajenas sobre su capacidad para competir con jugadores más grandes; tanto fue su impacto en el juego que estuvo dentro de las conversaciones de novato del año lo cual reflejó mucho sobre su calibre y potencial.
Ya para ese entonces, Solares estaba en la conversación de los linebackers más consistentes, agresivos, no solo conteniendo carreras o apoyando en la parte aérea, sino también en el tema de los disparos añadiendo presión al quarterback.
El haberse rodeado de gente con tanta experiencia, hambre y competencia hizo que se elevara aún más todos estos factores que ya estaban cultivados en su mismo ADN desde siempre.
Para la temporada 2023 llegó un cambio inesperado para él, jugando para Borregos CEM donde justamente el box de este equipo jamás se había visto tan dominante y nuevamente Solares dio de qué hablar cada que entraba al campo sin embargo, como su corazón siempre estuvo pintado de azul y oro, decidió regresar a casa para cerrar su último año de elegibilidad en esta temporada 2024.
Se ha visto a Solares convertirse de niño a hombre en la vida, pero también conservar con ese dominio sin dejar de evolucionar su juego en cada año, siendo sin duda uno de los mejores regalos que te da el football.
En campo cumple con su función de último año, empujando a su unidad manteniendo el hambre de hacer cosas grandes, de honrar la historia de los Pumas además de seguir dando jugadas de nivel..
Definitivamente el camino recorrido ha sido de mucha superación y resiliencia pues es fácil hablar del dominio dentro del campo y desconocer el trabajo, los sacrificios, todo lo que está detrás de esta constante, pero Solares ha sido alguien que se mantiene firme en la tormenta además de siempre disfrutar del football y sus maravillas.
Existe la apertura de jugar en la LFA, pero en este momento su atención está en vivir su último año y acompañar al equipo de sus amores al despertar que tanto merece su afición.
Si tienen la oportunidad de ver al nueve de los Pumas CU se recomienda no desaprovecharla.
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