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Ciudad de México. El equipo de Borregos Salvajes del Tec Toluca alcanzó su segunda final en la Primera Fuerza de CONADEIP y enfrentará a los actuales campeones del torneo, los Aztecas de la UDLAP. De esta esta escuadra salió para llevar al bicampeonato a Mayas el ala cerrada, Carlos Ramírez, quien se encuentra en preparación para estar listo rumbo a la tercera temporada con trabajo de movilidad y fuerza con actividad de gimnasio, crossfit y carrera libre, ya que su posición es una de las más exigentes físicamente en el sector ofensivo, como él mismo nos explica.  

“Un ala cerrada debe tener un poco de todo. Creo que debe ser fuerte para mover a la línea defensiva y para ayudarle al corredor, y también ser ágil y rápido para cuando le toca recibir pases y ser un blanco fácil para los quarterbacks. Creo que es una de las posiciones donde se necesita ser más completo”.

Evolucionando al ala cerrada

Carlos Ramírez no siempre fue el poderoso tren de 1.90 de estatura y 124 kilos de pura potencia para arrastrar rivales en el campo. A los 12 años, edad donde inició su carrera en el deporte de las tacleadas, nos relata que antes de consolidarse en la posición en que hoy se desempeña, probó en otras más debido a su construcción física.

“Empecé en categoría Falcons con el equipo de Cherokees jugando como esquinero, porque era muy delgado y espigado. Ahí jugué todas mis infantiles y juveniles, donde era receptor abierto. Posteriormente, en intermedias llegué a los Borregos Salvajes del Tec Toluca como receptor, ahí fue donde comencé a ganar peso en cuanto a músculo y ahí fue donde los coaches me invitaron a integrarme como ala cerrada, puesto que no había esa posición dentro del equipo y me vieron las aptitudes necesarias para ser ala cerrada. Ahí le tomé amor a la posición”, recuerda el #84 del Imperio Azul.

Ramírez Millán no jugó completo su periodo de Liga Mayor, sólo participó durante tres años, ya que, tras graduarse de la carrera de Comunicación, tuvo que salir al mercado laboral, sin embargo, durante ese tiempo pudo dejar una gran huella con los Borregos de Toluca, obteniendo la distinción del Mejor Atleta de la generación en el ITESM Toluca y en 2013 siendo seleccionado nacional senior.

Pionero de ‘La Congeladora’

El veterano jugador mantiene como parte de sus grandes recuerdos colegiales el ser parte de la generación fundadora del actual estadio del Tec Toluca, conocido como ‘La Congeladora’; y entre sus mejores partidos disputados como miembro de los Borregos, jamás olvidará cuando visitó a los Aztecas, quienes serán los rivales que enfrentará su alma mater en la final de este año.

“Me tocó tener el privilegio de fundar ese campo y fue una experiencia increíble porque en toda mi vida estuve acostumbrado a jugar en campos naturales. Mi mejor recuerdo fue contra la UDLAP. Fuimos a jugar allá y salimos con la victoria. Me tocó recibir un buen número de pases, cerca de cuatro o cinco, pero uno con escapada para anotación y afortunadamente salimos triunfadores del ‘Templo del Dolor’. Ese es uno de mis grandes juegos y donde hasta los coaches de los Aztecas me felicitaron por el gran trabajo que desempeñé”, rememora el ala cerrada, quien asegura que su carrera en el futbol americano fue marcada por varios entrenadores como Rafael Juárez, Raúl Borbolla, quien lo llevó a jugar con los Borregos de Toluca, Diego García Miravete, a quien considera como “una institución en el fútbol americano y uno de los grandes maestros que he tenido” y Horacio García, quien se incorporó esta temporada a la LFA como Head Coach de Raptors.

De ellos, Carlos Ramírez sigue predicando con el ejemplo lo aprendido, como el valor de la disciplina, que  transmite a sus compañeros en Mayas. “La disciplina la debemos de tener dentro y fuera del campo. Es muy importante, en la fase que estamos, prepararnos arduamente porque como dice nuestro coach Ernesto Alfaro, van a buscar tirarnos todos los juegos y van a querernos ganar porque somos los bicampeones y tenemos que prepararnos al triple porque necesitamos poner la vara muy alta”, finalizó.

Por. Arturo Velaztegui

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