Es común que las personas aplaudan los logros, pero pocos conocen lo que existe detrás de cada historia. El “otro lado de la moneda” de la historia del liniero defensivo de Condors, César “Meji” Pérez, tiene un toque peculiar.
Si bien es cierto que cuando nos referimos a “Meji”, llegan a la mente palabras como “bicampeón CONADEIP”, “MVP 2018” o “Líder en sacks de todos los tiempos”. No obstante, también nos referiríamos a la palabra resiliencia.
Según el diccionario resiliencia se refiere a la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas. Pero existieron algunas que sí golpearon a “Meji” de una manera que impulsó a crecer.
La familia Pérez es familia de football y desde los 4 años “Meji” entró al mundo del emparrillado. Se equipó por primera vez a los 8 años en Águilas Blancas, equipo en el que estuvo hasta su primera intermedia. Para 2014 ingresó a Linces México y, ese mismo año se incorporó a Borregos Toluca para jugar su liga mayor.
“En realidad, nunca tuve algún logro importante en toda mi juventud. Al contrario, hubo etapas en las que ni siquiera logramos ganar algún juego. Sin embargo, creo que eso es lo que me hizo crecer, tocar fondo y no darme por vencido para buscar, en algún momento, la victoria en este deporte de competencia” -comentó “Meji”.
Cuando se incorporó a Borregos Toluca fue reconocido como novato del año junto con el subcampeonato. Posteriormente, una temporada sin playoffs y en 2017 parecía que todo iba en picada. Se sobrepuso con todo y su equipo para, a pesar de tener todo en contra, probar el sabor de la victoria con el campeonato contra Aztecas de la UDLAP, siendo el primer campeonato en la historia del programa; cerrando con “broche de oro” con el campeonato nacional contra Pumas CU.
Una ruptura en el ligamento cruzado, lo dejó en la “oscuridad”, con el peligro de no volver a ser el mismo para competir en el Mundial Universitario en Harbin y fue justamente ese deseo de representar a su país en otro continente lo que lo ayudó a recuperarse en 5 meses para poder vivir esa experiencia. Puede sonar fácil, pero comentó que fue una de las etapas más difíciles en su vida.
Afortunadamente salió avante, logró el tricampeonato para México y volvió a Borregos a defender la corona. A pesar de no tener la temporada deseada, vivió el “come back” en la final contra Borregos Salvajes para ser bicampeón; otro hecho histórico en el equipo. Además, fue nombrado jugador más valioso, defensivo del año y lo reconocieron como líder en sacks de la historia.
La recompensa de ese trabajo duro y no darse por vencido, se dio también cuando cerró su etapa como jugador de liga mayor, volviendo a donde todo empezó: Águilas Blancas.
No fue solo darle las gracias al football y a su familia al cerrar el ciclo en “el nido” o convertirse en el jugador que se enfrentó y venció a todos los equipos de División I de ONEFA y CONADEIP; sino que logró vivir cosas históricas para el “guinda y blanco” (dos partidos en el estadio Ciudad de los Deportes, un juego contra Pumas CU y la final contra Burros Blancos), vencer a Auténticos Tigres, el primer juego oficial de liga mayor en el Casco de Santo Tomás o vencer a Pumas CU en el Olímpico Universitario; lo define como “el año de ensueño”.
“Estoy muy agradecido con Borregos Toluca y todos los reconocimientos son gracias a mi familia y compañeros de equipo, sin ellos no sería lo que soy” -comentó- “cerrar mi ciclo en Águilas blancas fue un sueño hecho realidad, por todo el cariño que le tengo al equipo. El Casco fue, es y será mi casa.”
Cuando llegó a la LFA en 2020 fue la primera selección de Condors, equipo en donde también ha desempeñado un papel importante con 6 sacks y un fumble llevado hasta la zona de anotación.
“Estoy muy contento de estar aquí. Al principio no pensé que la liga tuviera este nivel de competencia, pero en realidad te tienes que preparar lo suficiente para jugar” -añadió. Ahora está esperando que se dé “luz verde” para probarse en la CFL. “La LFA ha hecho accesible el poder ir al segundo mejor nivel de fútbol americano en el mundo y es una gran oportunidad. Será lo que tenga que pasar.”
El fútbol americano le ha dado lecciones de cómo levantarse ante cualquier caída, eso lo ha hecho crecer como jugador y, mejor aún, como persona.
Por: Fernanda Mayen
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