Sonará muy cliché pero el trabajo duro sí da recompensas en algún punto de la vida y un claro ejemplo es Andrés Salgado quien pasó de ser un receptor promedio a ser un ídolo a nivel nacional.

Los inicios de Salgado en el football fueron gracias a un amigo de la infancia quien lo invitó a formar parte de un equipo de los Pumas a los seis años de edad y, aunque no le encantó a su 100% desde un principio, las amistades que estrechó ahí fue lo que más lo motivaron a seguir en el deporte.

Fue hasta la intermedia donde logró conectar con el football gracias al desarrollo que empezó a tener en el juego y es que aunque sus habilidades fueran naturales por la altura y si zancada, en la intermedia empezó a destacar aún más.

Increíble pensar que también vivió algunos cortes en la juvenil, pero nunca dejó de seguir preparándose para mantenerse en un buen nivel competitivo.

“Mi ética de trabajo siempre ha sido mejorar; intentar ser mejor”- expresó Salgado – “El coach Pavel Tosky fue una parte fundamental para mi desarrollo como receptor.”

Toda su vida perteneció al equipo de la UNAM y a pesar de la naturalidad de sus habilidades y el crecimiento que había mostrado, ninguna otra escuela lo buscó, pero al final se reafirmó que pertenecer a los Pumas era su destino en realidad.

El receptor recuerda con estima algunos de los mejores momentos defendiendo a los Pumas como el campeonato del 2013 como novato en el Volcán contra los Auténticos Tigres, así como el juego de temporada regular contra la UANL en el Olímpico Universitario y finalmente su último campeonato en el 2017, temporada que disfrutó de principio a fin.

Salgado vivió casi todo lo que un jugador quisiera experimentar ganar un campeonato en casa, uno de local, perder una final, lesionarse, tener un comeback y a pesar de ello, decidió seguir jugando, declarándose elegible para la LFA en el 2018.

“Yo consideraba -en su momento- que el nivel más alto estaba en mayor y pensé que ya estaba listo para la vida normal, pero fueron mis amigos y el excelente reclutamiento de Félix Buendía así como Joaquín Castillo los que me convencieron de jugar. Definitivamente la mejor decisión de mi vida.”- comentó.

Fue así como se convirtió en el segundo pick de Condors, tercero global del Draft 2018, teniendo una destacable temporada terminando como receptor top 3 de la liga.

Para el 2019 Salgado tuvo un año de ensueño, pues no solo fue drafteado por Calgary Stampeders en el primer Draft entre la LFA y la CFL, también logró el campeonato en el Tazón México IV.

Una vez que llegó a Calgary ya no hubo vuelta atrás, pues el equipo quedó satisfecho con su trabajo y habilidades quedándose con él más de dos años.

Desafortunadamente, en la pretemporada del 2022 Salgado vivió el corte de los Stampeders pues la dirección del equipo iba en otro camino, pero el equipo aseguró comunicar que se encontraba en agencia libre por si algún equipo quisiera llevarse a este destacable receptor mexicano.

“Me abrieron las puertas y todos fueron muy amigables desde un principio”- recordó Salgado- “Sí fue sorpresivo cuando me cortaron, pero yo siempre he traído la mentalidad de jugar hasta que me fuera posible y todavía hay algunas puertas abiertas.”

Hay varias posibilidades para este talentoso receptor y por supuesto él continúa trabajando para cualquiera que sea la oportunidad que se presente primero

“El football es mi pasión. Me mantiene activo y me hace mover mi cuerpo de manera atlética.”

Salgado regresó a México para jugar en la Selección Centro del Tazón de las Estrellas en agosto, conectando con viejos amigos y el football que lo vio crecer.

Actualmente trabaja en un gimnasio multifuncional en Calgary, alerta de lo que el 2023 tenga para él.

Hay muchos casos como Salgado donde se confirma que el football te abre muchas puertas, pero son pocos quienes no nacen con estrella sin embargo consiguen su brillo gracias a su dedicación, por ello es que ha motivado a tantos jóvenes en la actualidad.

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