Ha sido un doloroso arranque para Pioneros de Querétaro en su primer año en la Liga de Fútbol Americano profesional ya que, al culminar la semana tres, no han estado cerca de lograr una victoria y aunque apenas sea el comienzo de la temporada, el equipo queretano decidió hacer algunos ajustes en su staff de coacheo.

En en el kickoff lograron su primera anotación con un acarreo de Pahos contra Condors y, después de eso, la ofensiva no ha logrado entrar a la “zona prometida” en los siguientes cuartos, a pesar de estar en más de una ocasión dentro de la yarda diez encontrándose con varios tropiezos y falta de contundencia.

Se ha notado una mejora conforme pasan las semanas, pero no ha sido suficiente para generar cambios en la pizarra; por ello, con 432 yardas totales y 10 puntos generados en lo que va la temporada es como se despidió el coordinador ofensivo Miguel Estrada.

“No hubo sincronía de su sistema con el equipo, es por ello que se decidió hacer el cambio” -comentó el head coach Rassielh López.

Algunas decisiones que fueron tomadas en ciertas situaciones de juego fueron el motivo por el cual se mostró la inconformidad del equipo sobre la forma en cómo dirigía a la ofensiva moviéndose en direcciones opuestas.

A su cargo se quedará el coach de corredores Antonio Tajonar quien estuvo con el equipo desde el año pasado. Su ventaja es que posee el conocimiento sobre los jugadores con los que cuenta, esperando que el ataque se vea más efectivo impulsando las fortalezas y trabajando las debilidades.

“Tenemos buenos elementos a la ofensiva que no han sido bien aprovechados. El cambio que se hizo me pareció adecuado ya que -el coach Tajonar- tiene más tiempo con el equipo.” -expresó el quarterback Víctor Tejeda. 

Aunque esta decisión pueda causar algunas dudas sobre el camino que pueda tomar el equipo, aún están a tiempo de redireccionar y lograr dar los juegos que han estado esperando. 

El siguiente juego será una visita a Puebla para enfrentar a la “legión del boom” esperando que se note una mejoría en el ataque y, por qué no, la primera victoria.

Por: Fernanda Mayen

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