Ciudad de México. Muchas personas aún siguen sin dar crédito a la sorpresa del domingo pasado, donde los Dinos de Saltillo (2-5) dieron el paso hacia el juego grande dejando fuera al amplio favorito de su división, Raptors (5-2) con un marcador cerrado de 13-10, para enfrentar a los actuales campeones defensores, los Mayas (6-1) del coach Ernesto Alfaro en el Indian Motorcycles Tazón México II.

Debido a este giro, los muchachos de blanco y azul están mentalizados en no dejar nada a la suerte durante las prácticas de la semana. Uno de los grandes responsables del triunfo Maya frente a Eagles en semifinal fue el corredor Omar Cojolum (#1), quien gracias a sus tres anotaciones por vía de la carrera contribuyó para dejar  fuera al “Vuelo Rojo”. Cojolum sabe que para tener el trofeo en sus manos una vez más, las marchas deberán ser más pesadas que en las semanas previas.

“Llegar a la fiesta grande que es algo en verdad indescriptible. Vamos a trabajar muy fuerte y a ser muy intensos, creo que los coaches hicieron muy buena labor de scout. Tenemos que trabajar sus puntos débiles y creo que puede haber muy buen balance entre correr la bola y hacer juego aéreo”, comentó el ex bólido de los Linces de la UVM.

El mínimo error puede significar la derrota

Respecto al equipo que tendrán frente a ellos el 30 de abril, Cojolum Delgado no tiene otra cosa más que respeto y mucha precaución, ya que enfrentar a la sólida defensiva de los coahuilenses siempre será un desafío, además está consciente que en este escenario todo tiene lugar y cualquier cosa puede ocurrir y un fallo frente a la firme barricada morada puede ser el factor que defina al próximo campeón de la LFA.

“Siempre he dicho que no hay equipo chico, todos venimos a ganar, a nadie le gusta perder y se vio el claro ejemplo de Dinos contra Raptors, que aunque hayan tenido una marca perdedora, se dio el resultado. Cada partido es diferente se juega a diferente intensidad y gana quien menos errores comete”.

Juego explosivo y una sólida hermandad, los motores de Mayas

Si algo fue una constante en los partidos del Imperio Azul fue su paso firme estableciéndose como la mejor ofensiva de la liga gracias a la manera de anotar puntos por todas las formas disponibles. Lograr una cohesión tan grande no es ninguna casualidad, y para Omar, los factores internos que le han dado identidad a su equipo han sido la explosividad y la fraternidad entre compañeros, y cuando lo mezclas con los elementos que están fuera del campo, el resultado es un equipo que puede hacer frente a cualquiera.

“Siento que se ha hecho una familia dentro del equipo y se conjunta todo, tanto el nombre que representa a nuestra cultura, como la afición que ha estado apoyándonos bastante y que realmente nos llena. Podría decir que somos una ofensiva muy explosiva y contundente, que cuando nos proponemos hacer las cosas, salen adelante. Defensivamente creo que es igualmente agresiva. El coach trabaja muchos disparos, lo que descontrola a la ofensiva contraria. En conjunto, somos un equipo que puede llegar a hacer muchas cosas cuando lo proponemos.  Las capacidades y las expectativas de mis compañeros son bastantes y podemos hacer más”, asegura el corredor.

Recapitulando la temporada…y a los modelos a seguir

Con el torneo a pocos días de terminar, Omar se dio un momento para pensar qué es lo que le ha dejado la experiencia de ser jugador profesional, y sin dudar, lo primero que llegó a su mente ha sido la amistad con sus colegas y al mismo tiempo el trabajo para ganarse su lugar en el equipo con jugadores como Edgar Arroyo (#33) y los hermanos Roberto (#80) y Rodrigo (#9) Ríos.

“La mejor experiencia ha sido la competencia dentro de mi unidad. Eso me hizo tratar de sobresalir, fue algo que me hace crecer y quedar muy contento por compartir ese poquito de experiencia y aprender de todos, porque eso es lo que hacemos. Además, trabajar con el coach Alfaro fue un cambio de 360°el coach es alguien que sabe manejar muy bien los tiempos”, comentó Cojolum, quien también ha estado bajo la tutela del coach Rafael Duk.

Finalmente, Omar platicó sobre las influencias que lo llevaron a ser uno de los mejores corredores del país, y resalta a dos jugadores que dejaron una huella en el joven de 26 años de edad. Ambos legendarios, uno en la NFL y otro, una estrella del norte del país.

“Me gustaba mucho ver a Barry Sanders, se me hace un jugadorazo y creo que fue uno de los corredores más completos de la NFL en esos tiempos, y anterior a mi época de Liga Mayor veía a René “Run Run” Molina, corredor de Monterrey que también rompió muchos récords y para mí era muy bueno. Ahí estaba mi empuje para llegar a ser como ellos”, concluye el veloz jugador de los Mayas. 

Por Arturo Velaztegui

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