Ciudad de México: La nota más sonada en las últimas semanas dentro del futbol americano profesional de México es la de la llegada a la LFA del ex receptor de los Cincinnati Bengals y los New England Patriots, de 39 años de edad, Chad Ochocinco para jugar, según los primeros reportes, con los Dinos de Saltillo, pero que terminó yéndose a Monterrey para debutar con la escuadra de Fundidores.

Ochocinco fue muy popular y con un juego vistoso dentro de sus seis años de carrera como jugador de la NFL y ahora llega a México, país por el que abiertamente ha confesado sentirse atraído por su cultura y su gente.  

Sin embargo, no tendrá un camino fácil debido al nivel que se ha mostrado dentro de los dos años de vida de la LFA, y a la competencia que ha llegado desde su país de origen. En específico, con un joven receptor  que ha causado sensación con el equipo campeón, Mayas, que responde al nombre de Aaron Wiliams y su forma de jugar se asemeja un poco a lo que Chad mostraba en años anteriores.

El halcón que voló hacia el imperio

Antes de usar los colores de los actuales campeones de la LFA, el receptor de 24 años formó parte del equipo colegial de los Red Hawks de Montclair State University, ubicada en la ciudad de Montclair, New Jersey.

Ahí tuvo la oportunidad de practicar dos deportes, baloncesto y futbol americano, además el ambiente de esa universidad no era ajeno para él, ya que varios miembros de su familia acudieron al mismo recinto universitario. “Es una escuela que conocía un poco, mi mamá fue ahí y otros miembros de mi familia también. Se me dio oportunidad de asistir y poder practicar dos deportes: basquetbol y futbol americano, y fue cuando hice mi elección”, recuerda Williams.

Definiendo su estilo de juego

Cuando el momento de elección de Aaron llegó, no lo pensó dos veces y se decidió por el deporte de las tacleadas, principalmente por el asunto del tamaño, ya que con su 1.90 de estatura y 93 kilogramos de peso, apenas iba a poder resaltar dentro de la duela, sin embargo, la historia dentro del emparrillado sería distinta. Así lo recuerda el #6 del equipo de Mayas.  

“Para el futbol soy más alto y en basquetbol era de estatura promedio, así que escogí el deporte en el que fuera más dominante”.

Sumado a esto, Williams tuvo una brillante idea: mezclar sus habilidades adquiridas en la cancha de baloncesto y llevarlas hacia el emparrillado, cosa que resultó en su actual estilo de juego: muy veloz, explosivo y donde le es fácil descontrolar a los defensivos contrarios.

“Muchos me dicen que cuando estoy en el campo trabajo mucho con los pies. Eso es porque en mi mente estoy jugando basquetbol sin el balón. Puedo sacudir a la gente y no tengo que botar la pelota ya que en eso no era el mejor. Podía tirar y podía entrar a la canasta, pero mi técnica de drible no era la mejor. Entonces aquí sólo salto, atrapo y finto. Es lo mejor de los dos mundos”, explica Williams.

Sus paso por MSU (2012-2015)

Tras dejar atrás los tableros y las redes, Aaron se enfocó en su carrera como receptor abierto, donde se sintió más cómodo y con paso fuerte.

“En el campo de futbol podía ser dominante, pasé por algunos quarterbacks, fueron pocos pero pude hacer mi trabajo y pude estar en el All Conference (New Jersey Athletic Conference) por dos años seguidos y All American en mi último año también”.

En su primera campaña, que fue la de 2012, Aaron disputó seis encuentros donde capturó 13 pases para 211 yardas sin conocer el camino de la notación, y desde ahí sus números fueron en aumento hasta convertirse en un referente de los Halcones Rojos.

El año siguiente, apareció en 10 juegos terminando en noveno lugar de conferencia en cuanto a recepciones por juego y yardas por esta vía.

Para la tercera campaña, una lesión lo obligó a perderse dos partidos. Su equipo quedó a un paso de postemporada, perdiendo en juego de desempate por el pase, sin embargo, su desempeño personal lo hizo subir de noveno a tercer puesto en la conferencia en yardas por atrapada (15.39) y quinto puesto en yardas por partido (59.6).

En su temporada senior, Aaron era el símbolo de constancia y el lazo entre la primera camada y la nueva generación de jugadores que llegaron al equipo. Williams se despidió de su temporada colegial como un estelar de su conferencia al ser nombrado parte del segundo equipo All-NJAC y ser seleccionado en el equipo nacional de EUA All-Star.

Terminó sexto de todos los tiempos en recepciones (128), décimo en yardas por aire (1,850) y doceavo en touchdowns (14)

Sin embargo, esto no fue suficiente para él y, en su carácter competitivo que ha demostrado juego tras juego, admite que pudo haber redoblado esfuerzos como jugador universitario. “Deseé haber hecho más, pero obviamente hice lo suficiente para poder llegar a jugar aquí en este nivel”, refiriéndose a un elección como jugador profesional de la LFA.

Metiéndose en la cabeza de los rivales

Además de su carrera deportiva, Aaron tiene estudios de psicología y asegura que en cuanto pase su tiempo como jugador, regresará al colegio a realizar estudios de posgrado

“Yo estudié psicología, con el objetivo de dedicarme a la psicología deportiva. Si no estuviera jugando ahora, estaría en la escuela tratando de hacer mis estudios de Maestría, pero puse una pequeña pausa a eso para perseguir mi sueño mientras estoy joven y pueda hacer las cosas que hago. Un vez que tenga que colgar los tachones voy a volver a la escuela. Pero justo ahora me estoy divirtiendo”.

Y cuando juntas tus grandes habilidades con los conocimientos para llegar a la mente de un rival, tus opciones son ilimitadas. Williams lo sabe y en ocasiones lo aprovecha para ser un receptor impredecible e imparable.

“Tienes que pensar. En la universidad ves videos donde observas qué le gusta hacer (al rival) Pero tienes que hacerlos que piensen otra cosa. Ellos pueden pensar que voy a hacer una ruta hacia la esquina, pero mi trabajo es jugar con su mente y manipularlos un poco. Aunque no trato de ser completamente psicológico dentro del campo, definitivamente es entretenido meterte un poco en la cabeza de los demás”, finalizó el receptor del Imperio Azul, quien hasta el momento lleva 24 recepciones, 530 yardas y seis anotaciones mientras sigue en la búsqueda del bicampeonato con Mayas y su primer título como jugador profesional.

Una respuesta

  1. Chad Ochocinco jugo por 11 años en la NFL, no se por que dicen que 6
    -Cincinnati Bengals (2001–2010)
    -New England Patriots (2011)
    -Miami Dolphins (2012)* pretemporada